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lunes, 29 de agosto de 2022

"Historia de los bombardeos" - Sven Lindquist

 
Sven Lindquist aborda mediante este comprometido ensayo, la historia y el impacto de los bombarderos sobre la humanidad a lo largo del siglo XX. Y lo hace de una manera especial y novedosa, en cuanto a la estructura de los capítulos en los que compartimenta este libro. Cual si se tratara de un laberinto, el autor nos lleva de la mano a lo largo y ancho de cuatrocientos pequeños fragmentos, haciendo que discurramos por sus páginas, en un conjunto de saltos que nos llevan a lo largo de la historia de los bombarderos realizados en las diferentes guerras y conflictos en los que el hombre se ha visto involucrado. Además, su visión de estos eventos va más allá de los hechos militares, adoptando una aptitud crítica que analiza el porqué de los bombarderos, sus supuestas justificaciones y un exahustivo estudio de la respuesta crítica, a favor y en contra, de la utilización de este medio de guerra indiscriminado y sangriento, a lo largo de los años en los que evoluciona hacia la deshumanización en la guerra.

Más allá de contar al lector la evolución de los sistemas y procedimientos de bombardeos perjeñados por los países occidentales a lo largo y ancho del siglo XX, Sven Lindquist pretende incidir en el uso de este medio de destrucción, focalizándolo en un complejo juego de intereses y falsas excusas, que justifican su utilización más o menos masiva, hasta llegar a la simple amenaza de una potencial destrucción mundial. Es curioso como el autor cuenta como, en un inicio, a principios del siglo XX, en los albores de la aviación, el concepto de bombardear al enemigo, indicaba el hecho de que este tipo de acción bélica, solo estaba justificada frente a pueblos colonizados y considerados salvajes o incivilizados. Los primeros bombardeos se dieron, no por casualidad, en países como Marruecos, Argelia, Libia... La norma, entonces, impedía bombardear a las naciones occidentales, por considerarlo algo inhumano. Conforme avanzan los años, ese factor se modifica especialmente en cuanto a las dos grandes guerras munidales. En aquel caso, si bien los objetivos son ya occidentales, los principios planteados hablan de bombardear solo objetivos militares. ¿Pero, qué sucede cuando esos objetivos se encuentran cerca, muy cerca de lugares habitados por población civil? Lo sucedido en Guernica nos anuncia lo que que sucedería en la Segunda Guerra Mundial, donde los defensores del uso masivo de los bombarderos se decicaron a justificar el uso de esta arma, a pesar de provocar masivos y terribles resultados en Hamburgo y Dresde. 

Sin embargo, lo que pudiera justificar los bombardeos contra la Alemania de HItler, se potencia aún más y casi sin límites, con el uso de las bombas atómicas en Japón, en opinión del autor, difícilmentes justificables como medio para evitar la muerte de vidas entre las tropas aliadas. Los números no engañan. A partir de aquel momento, voces discrepantes sonaron a gran volúmen en todo el mundo. Mientras las potencias nucleares aumentaban sus cabezas nucleares y mejoraban aquellas armas letales, los países coloniales siguieron utilizando el modelo de bombardeos masivos y selectivos contra quienes buscaban su independencia. Los ataques a la población civil de aquellos países no logró evitar la independencia de países como Irak, Argel, Malasia, Kenia y muchos más. Corea y Vietnám, ofrecieron nuevas muestras del equívoco uso de los bombardeos, en cuanto a su resultado, a pesar de lo cual activaron la fabricación y el uso de medios aún más destructivos, como el napal y las bombas incendiarias o de racimo.

Sin embargo, y a pesar de la existencia de estas guerras mal llamadas locales, el autor pone el acento y su esfuerzo, en desarrollar lo sucedido en el mundo en cuanto al desarrollo, el aumento y las discusiones sobrellevadas al respecto del poder nuclear por parte de las potencias mundiales. Mientras a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, las cabezas nucleares crecen en potencia y en cantidad; mientras unos defienden su existencia como un justificado modo disuasorio ante una guerra total; mientras otros luchan sin descanso por lograr ilegalizar este medio destructivo como muestra de deshumanización y como algo que va contra del derecho internacional; tal y como nos cuenta el autor, los tribunales internacionales vagan entre la desidia, los vetos y las presiones, sin conseguir aplacar un riesgo vigente en nuestra humanidad. 

Para terminar, quiero llamar la atenciòn en la muy interesante propuesta del autor sueco, por detallar al lector un gran número de novelas de ficción que a lo largo de la historia han contado y relatado los posibles efectos que en nuestro mundo tendría el uso indiscriminado de los bombardeos, vinculados las más de las veces con el nacionalismo, fascismo y comunismo varios, el racismo y la lucha entre países, en base a su cultura, modernización y odios étnicos nacionales. La inclusión de estos títulos, unos cuantos, nos pone en aviso de lo que pudo haber pasado años atrás, de lo que no sucedió a pesar de unos pocos iluminados, y de los que podría pasar si  no damos un giro de 180º al respecto de toda la trama conexa y terrible de la que trata este libro alrededor de los bombardeos y su uso indiscrimando y, casi siempre, interesado.

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