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lunes, 1 de agosto de 2022

"El último duelo" - Eric Jager

 
París, 29 de diciembre de 1386. Más concretamente en Saint-Martin-des-Champs. Dos hombres de enfrentan a muerte en un duelo judicial y público ante la mirada del rey Carlos VI de Francia y una multitud de nobles, burgueses, mercaderes, pueblo llano y, sobre todo, frente a una mujer de negro, bella y llorosa, quien también se juega la vida en este enfrentamiento librado por su honor y el honor de su marido, uno de los contendientes. Un año antes, según la acusación presentada por el caballero Jean de Carrouges, su esposa Marguerite, era forzada sexualmente y violada por el escudero Jacques Le Gris. Como consecuencia de ello y tras pasar mil y un trámites y protocolos ante el mismo rey y el parlamento de hombres principales, tenía lugar el último gran duelo a muerte que iba celebrarse en París. 

Eric Jager, especialista estadounidense en literatura medieval por la Universidad de Michigan y actualmente profesor de la Universidad de Los Ángeles, publicó en 2004 un exhaustivo estudio realizado a lo largo de diez años en referencia a este caso que creó mucha expectación en aquella Francia situada en plena Guerra de los Cien Años, y que a lo largo de los siglos fue investigada por su especial relevancia. Gracias al estudio de fuentes primarias, archivos y documentos de la época, el autor analiza todo lo acontecido antes, durante y despúes del mortal duelo, retrotrayendo las circunstancias que rodearon la relación personal de ambos personajes y la terrible implicación de la víctima principal, Marguerite de Carrouges.

Tanto Le Gris como Carrouges eran hombres al servicio del conde Pedro de Alecon. El primero sin pertenecer a una estirpe antigua de la nobleza, había crecido en el escalafón en la corte del conde, mientras Carrouges, de rancio abolengo y de un marcado perfil guerrero, en parte por su carácter rudo y pendenciero, no era especialmente bien recibido en el mundo cortesano de Pedro. Tras unos años de amistad, ambos personajes se distanciaron como consecuencia de ciertas discrepancias en cuanto a la posesión de tierras, capitanías y castillos. Mientras Le Gris tenía un gran ascendiente ante su señor, Carrouges, no solo estaba en franca decadencia, sino que además, al quedar viudo, casó con la joven y hermosa Marguerite, hija de un noble acusado años antes de traición por aliarse al invasor inglés, lo que no ayudó a la mala fama del caballero Jean. La posterior acusación de la esposa contra el escudero Le Gris, junto a las pendencias judiciales y territoriales mantenidas con el mismo, llevaron a la búsqueda del juicio por duelo a muerte, institución casi defenestrada al olvido, pero que acarreaba numerosos protocolos y, ante todo, la presencia del rey y su parlamento.

En base al profundo estudio de los antecedentes y del caso en particular, Jager presenta al lector el increíble e interesante escenario que enmarca aquel caso, mostrando la realidad de una época en cuanto se refiere a la vida cotidicana de los nobles señores de Normandía y sus querellas, así como las leyes y normas que les rigen en periodos de paz y de guerra. Pero sobre todo ahonda en el el jucio en cuestión analizando los importantes protocolos y circunstancias que rodean algo tan especial y llamativo como es la celebración de un juicio con duelo a muerte ante el rey de Francia y ante Dios. Esto implica explicar cómo se debía actuar conforme a las leyes establecidas, así como, una vez aprobada la justa a muerte, la manera en que se debía desarrollar el duelo, cual era el armamento utilizado y su conclusión. 

Todo ello nos lleva ser directos espectadores de un caso en el que el honor y la vida de Marguerite, auténtica protagonista de este caso, penden de un hilo y de la capacidad de su marido por vencer a su contrario en el duelo. Jager aprovecha para explicar la compleja posición de la mujer en una época en donde sus derechos y obligaciones vienen ligados a su dependencia de un hombre, sea su padre, tutor o marido, cual propiedad que viene acompañada de tierras y castillos pertenenecientes a una dote. 

En definitiva, con la excusa de contar y analizar este caso tan particular, el autor nos lleva de viaje a la Francia del siglo XIV y nos presenta de la mano de sus protagonistas, una calidoscópica visión de funcionamiento de una sociedad vinculada a tierras, castillos y a los señores de los que dependieran, en un marco  de guerra y campañas militares en plena Guerra de los Cien años.

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