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domingo, 18 de abril de 2021

"La niebla" - Stephen King

 

Debo confesar que La Niebla es el primer libro que leo de Stephen King y que, además llego a él por casualidad, más bien como consecuencia de la película que se filmó como versión del primer cuento que lo completa y que le da título. La niebla fue dirigida por Frank Darabont, quien realizó una interesante película que me atrapó y me hizo pensar que sería interesante hacerse con el relato largo que Stephen King escribió en 1985. Dicho y hecho. Debo adelantar y reconocer la importante labor del director y guionista en la adaptación realizada en 2007, muy fiel a la obra de King a excepción de su impactante final. Pero antes de empezar debo concretar que este libro se completa con dos cuentos fantásticos más: El mono y El atajo de la señora Todd.


El relato que da nombre al libro no solo es el más conocido de los tres, sino que además es el más largo, ocupando en la edición que he leído más de doscientas páginas. Su argumento narra lo acontecido en un pequeño pueblo estadounidense tras un gran tormenta eléctrica. Una extraña niebla avanza inexorablemente ante la vista de las personas que están comprando en un gran supermercado de la población. Extrañas circunstancias rodean a este evento que, poco a poco, irá descubriendo a los testigos del pueblo los terribles secretos que esconde. Pero más allá de la historia, notablemente contada en base a una buena dosis de suspense y extraños hechos, lo que más me ha interesado de ella es cómo King ha modelado al buen número de personajes que pueblan sus páginas. De la mano de los protagonistas, padre e hijo de corta edad, el autor nos va desglosando un micro universo de caracteres y personalidades, quienes van respondiendo ante la sorpresiva presencia de la niebla y sus consecuencias, todos ellos de manera muy diferente. Y es en esa respuesta a la situación, donde King se adentra en los miedos, las carencias, las fobias, las debilidades, las fortalezas y los resortes que manejan y gestionan los que se encuentran atrapados en el supermercado. Todos muestran sus verdadera personalidad, su manera más personal de dar respuesta a la presencia de una situación inexplicable. Además, con suma presteza, King hace un análisis de cómo, cierta lectura de la religión y su perfil apocalíptico, puede provocar respuestas que se pueden convertir en extremas, violentas e incluso, salvajemente humanas. No puedo evitar señalar su referencia a las teorías conspiracionistas y a las viejas historias de experimentos secretos realizados en ocultas bases militares norteamericanas. Todo ello, nos reporta un relato completo por sus descripciones, su tratamiento del ser humano y que, además, aporta una terrible historia apocalíptica.

El segundo relato pertenece al más puro género del terror y hace aflorar el miedo más primario del ser humano por las cosas más nimias, en cuanto alrededor de estas, se suceden hechos inexplicables y fantasmagóricos, especialmente cuando anda la muerte por medio. La historia gira alrededor de un mono de juguete cuya característica es tocar unos sonoros platillos. Una serie de sucesos trágicos se repiten en la vida del protagonista, desde que era niño hasta su madurez, siempre que cada vez hace acto de presencia el susodicho juguete y tañe sus platillos sin previo aviso. En este caso, King juega con el instrumento del flashback para contar al lector las ocasiones en que semejante suceso le ha acontecido al protagonista, produciéndole un terrible temor por lo que pueda suceder a los que le rodean. Por más que intenta deshacerse del mono..., y no sigo contando más que incumpliría con creces mi política de no destripar las tramas que reseño en mi blog. Con todo, un relato que provoca miedo, terror, no solo por un objeto supuestamente inanimado, sino por las consecuencias que conlleva en su intencionada acción de tocar sus puñeteros platillos.

Para terminar, King cambia de registro para mostrarnos un relato fantástico que desarrollado en las carreteras de Maine. Una sorprendente y misteriosa mujer se afana por descubrir el recorrido más corto que separa dos poblaciones del Estado en el que vive. Para ello, investiga y busca carreteras secundarias, caminos desconocidos y vías que hasta entonces nadie había recorrido. Una apuesta con el que es el protagonista del cuento, le lleva a acompañarla en el trayecto que ella considera más corto, provocando su sorpresa e incredulidad. Ese viaje por los caminos resulta tan extraño como fantástico. King demuestra con este curioso relato su exhaustivo estudio del entorno que protagonizan sus historias. En este caso, y aunque termina apabullando tanto nombre de carreteras y direcciones, parece que el autor quiere demostrar al lector que lo que cuenta tiene una localización tan real que el hecho podría también ser dado por cierto. 

Por lo poco que he leído a King, que por otro lado he podido comprobar en sus adaptaciones y guiones de series y películas, es un autor que propone al lector una localización real, bien asentada en lugares, nombres y, como no, personajes creíbles, reales como la vida misma, para después construir sobre ellos sus historias de fantasía, terror o suspense. Creo que es su técnica de creación a base de datos, descripciones y un trabajo nada simple de creación de caracteres, lo que ha hecho que sus novelas se lean con tanta pasión. Desde luego, esta primera lectura del autor me ha dejado un muy buen sabor de boca. Entiendo su éxito y creo que más adelante volveré sobre él. Desde luego no se puede decir que escriba mal, sino, todo lo contrario.




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