Basada en el célebre manga creado en 1989 por Masamune Shirow, esta película dirigida por Rupert Sanders, no es la primera versión realizada para cine hasta ahora, ya que anteriormente se realizaron dos versiones en animación, pero sí es la primera interpretada por actores y actrices de carne y hueso. Debo avanzar que desconozco tanto el cómic como las dos películas animadas, con lo que mi criterio no está contaminado con comparaciones con el original, casi inevitables para el aficionado. Rupert Sanders realiza una película visualmente estimable, llena de imágenes impactantes, lo cual no nos debe sorprender, ya que el director proviene del mundo de los efectos especiales, como lo demuestra su gran trabajo en la estimable película "Blancanieves y la leyenda del cazador". Posteriormente se lanzó a dirigir la secuela de ésta, en la que se pudieron descubrir las debilidades de un novato con cierto potencial. Y dicho y hecho, creo ver que con la película que hoy reseño, Sanders, logra convencer al espectador en su evolución tras la cámara, logrando cierto empaque en la pantalla y buenas expectativas de futuro.
Está ambientada en un futuro en el que tecnología y los avances en seres sintéticos, robótica e inteligencia artificial, dominan el día a día de la sociedad en la que, Mayor una sintética a la que le implantaron el cerebro de una joven llamada Moroko Kusanagiun, lidera un grupo de investigación policial tecnológica. Varios investigadores científicos de un laboratorio que investiga la modificación y mejora de los humanos por medio de la implantación de medios tecnológicos y artificiales son asesinados impunemente y sin dejar pistas. La investigación lleva a Mayor y sus subordinados a reconocer como el origen de estas muertes una gran capacidad y dominio de las redes por las que el criminal se mueve y manipula su entorno. Mientras, Mayor se replantea su pasado real y humano, en el que fue una persona normal y que le llevará inexorablemente a recordar y acercarse a su verdadero origen.
La película resiste bien un metraje no excesivamente largo. La trama resulta interesante. La búsqueda en el pasado de Mayor se entrecruza con la investigación de los asesinatos, con un ritmo interesante, ni muy lento ni muy acelerado, salpicado eso sí, de escenas de acción y tiroteos bien filmados y con unas coreografías convincentes. Además, como parece ser también incluye el manga original, la crítica y análisis de la manipulación cerebral y la intervención de inteligencia artificial y modificaciones sintéticas en los cuerpos humanos, llena diálogos en los que la protagonista indaga en el porqué de su existencia y lugar en una civilización de la que ella es una guardián férrea y hasta entonces fiel. Pero lo mejor de la película es su estética futurista y los efectos. Es cierto que en algunas fases, sobre todo al final del film, algunos efectos digitales chirrían un pelín, pero en general la ambientación y la utilización de una visión futurista tecnológicamente avanzada crea en el espectador una visión tan impactante como atractiva.
Muchos echan en falta más profundidad filosófica y existencial en la cinta, como producto basado en un cómic manga en el que estos factores son claves para entender el producto. Pero qué queréis que os diga, sin conocer el producto original, yo salí más que convencido y entretenido. Ya he comentado lo que opino de la evolución del director. Desde luego la participación de Scarlett Johansson es clave. Su interpretación, físicamente es convincente y cumple bien soportando el peso de la película. Pilou Asbaek está correcto en el papel de compañero de Mayor y la breve pero clave aparición de Michael Pitt funciona. Pero llamo sobre todo la atención en los papeles secundarios de una siempre elegante y bella Juliette Binoche y en un gran, grandísimo Takeshi Tikano, fantástico en el el rol de mando y protector de Mayor. En definitiva una película en mi opinión entretenida y en algunos momentos apabullantemente adictiva, en su imagen y ambientación. Otra cosa pensarán los adictos al manga original y versiones animadas, pero eso ya es otro cantar.
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