El número 20 de Desperta Ferro de la sección de Historia Contemporánea, dedica sus páginas a plantear al gran público, las implicaciones de T. E. Lawrence en Arabia durante la 1ª G.M. Pero sobre todo, a sentar las bases que los propios árabes plantearon frente a su deseo más preciado de independencia, ante la dominación turca y las pretensiones occidentales. No puedo esconder mi debilidad por la figura de Lawrence de Arabia. Hace ya unos cuantos años me fascinó la lectura de su obra "Los siete pilares de la sabiduría" en cuyas páginas no solo narra las campañas que protagonizó en Arabia junto a los Hachemitas en una guerra por expulsar a los turcos de un territorio lleno de tribus enemistadas, desiertos y paisajes extremos, odios y resquemores, sino que también muestra de manera sentida el deseo de unificar y conceder a los árabes un país, una nación. De su victoria frente al Imperio Otomano dependería este sueño. Pero también de los intereses de franceses y británicos en su visión geopolítica de un territorio tan deseado como extenso.
Es indispensable conocer la situación previa real del mundo árabe en los años previos a la 1ª G.M. Para ello, el primer artículo de este número sitúa al lector ante el panorama incierto de un territorio dominado desde Constantinopla por los turcos bajo su Imperio en declive, unido gracias a una larga y fina línea de ferrocarril. Será en Hedjaz donde los hijos de Hussein ben Alí, plantarán las semillas de una revuelta árabe que aprovechará el inicio de la guerra, la situación en Constantinopla, tras la toma de poder de los "jóvenes Turcos" en 1913, así como la alianza de los turcos con Alemania y Austria en el conflito. La gran influencia occidental en la zona estaba liderada por los británicos, que en un principio, no consideraban del todo necesaria la revuelta árabe, debido a sus experiencias con la Yihad y sus consecuencias. Las diferentes alianzas de finales de siglo XIX y del principios del XX, hacían muy sensible no solo la zona en cuestión sino también la implicación nacionalista en las raíces árabes independentistas. Tras describir la estrategia británica en Oriente Próximo, el siguiente artículo da pie a presentar el origen de la revuelta en el Hedjaz, el inicio del tibio apoyo británico a Faisal y Abdalá, hijos de Hussein ben Alí y sobre todo la intervención de Lawrence y el uso de las guerrillas árabes en su lucha privada por recuperar Medina y conquistar Aqaba. Los limitados avances británicos en Palestina y Basora y el golpe de mano sobre Aqaba, cambiaron las tornas en la manera de ver, por parte de los británicos, una revuelta a la que apoyaron, en interés de ganar la guerra y también por sus propia visión estratégica en la zona.
Para julio de 1917, la situación presentaba una gran rebelión árabe con importantes resultados militares. Era hora de ir sentando las bases de cómo quedaría el territorio tras la guerra. El artículo titulado el Acuerdo Sykes-Picot y el reparto de Oriente Próximo, marca las pautas tomadas inicialmente a la vista del deseo árabe de tener su propia nación y la evolución/involución de esta idea por parte de los países occidentales, principalmente Inglaterra y Francia. Esto generará no solo conflictos y desilusiones en Faisal y Lawrence, sino que creará, con el paso del tiempo, el origen del complejo asunto de Palestina y la creación del Estado de Israel, en base a la Declaración Balfour. A partir de septiembre de 1917, como describe el siguiente artículo, la guerra de raids y guerrillas de Lawrence contra la línea férrea turca y sus fortines, dará lugar, un año después, a la conquista de Damasco. Los dos últimos artículos revelan al lector la figura más personal de T. E. Lawrence, así como su real y decisoria participación en la rebelión árabe y los posteriores acuerdos y desplantes de occidente realizados tras la guerra, a un pueblo que reclamaba una nación propia. La larga sombra de Francia e Inglaterra marcarán los años postreros, con la creación de países artificiales como Irak o Siria, bajo mandato y patronazgo occidental, mientras Lawrence, frustrado volvía a su país, para morir años después en un accidente de motocicleta.
Ciertamente nos encontramos ante un número excepcional, que descubre al neófito la figura de Lawrence de Arabia y el desarrollo de la 1ª G.M mundial en el Próximo Oriente y, complementa al aficionado más asentado, con distintas piezas del puzzle complejo desarrollado desde el levantamiento árabe de 1916 hasta la demarcación de fronteras en el territorio. Insisto en recomendar, al que se pueda mostrar interesado el personaje y su participación en este conflicto, la lectura de su obra "Los siete pilares de sabiduría", un libro colmado con hechos que tuvieron lugar en estos años, como la implicación de las tribus, los británicos y sobre todo la posición del propio autor ante el conflicto. Su lectura no solo es de gran interés histórico, sino también literario, os lo aseguro. ¡Ah! y por cierto, quiero felicitar en su labor, a mi buen amigo y director de la sección de Hª Contemporánea de Desperta Ferro, Javier Veramendi B. Todo un especialista.
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