Keanu Reeves decidió hace tiempo, interpretar una o dos películas al año. Bien es verdad, que la calidad de sus últimos films, no es la de antaño y que la selección de papeles, resultan la mar de peculiares. En su momento ya reseñé su película de 2013, "La leyenda del samurai". Un año después, protagoniza la película que hoy reseño. Dirigida por un par de nuevos e independientes directores, su trama no resulta de por sí, nada especial ni novedosa. Un asesino a sueldo de mafia rusa, ya retirado, enviuda tras morir su mujer de una lenta enfermedad. En su vida, solo queda un Buick clásico de los 70 y un pequeño perrito cachorro, ultimo recuerdo de su esposa fallecida. Tras sufrir un asalto en su casa, en el que matan al perro y roban su coche, el ex asesino, decide volver a coger sus armas para buscar venganza, por la pérdida de los más importantes recuerdos de su mujer.