Valerio Manfredi es de esos escritores que desatan pasiones. Muchos lectores de novela histórica lo adoran y veneran, otros no tanto. Su trilogía sobre Alejandro Magno, trae de calle a muchos. Siendo una de sus obras más leídas, algunos piensan que no merece tanto aprecio. Yo reconozco que cuando lo leí me gustó y no le hice ascos. Con la publicación del libro que hoy reseño, el primero de dos, dedicado a la figura mítica de Ulises, o como debiera llamarse Odiseo, algunos, muchos, no sabían que se iban a encontrar. Sin embargo, "Odiseo. El Juramento", en general ha gustado a partes iguales, al clásico lector de novela y al más concienzudo aficionado al mito homérico. Las razones son varias, concluyendo que a mí, también me ha gustado, por su fondo y forma.
En este primer volumen, el autor traslada al lector la infancia y juventud de Odiseo, incluyendo la guerra de Troya, hasta el inicio de la vuelta a Itaca. El protagonista, hijo de Laertes, uno de los argonautas que robaron el Vellocino de oro y realizaron uno de los viajes más míticos y extraordinarios de la antigüedad, siempre según la leyenda, disfruta de una infancia llena de historias, viajes y experiencias, en las que tiene la oportunidad de conocer viejos compañeros de su padre, escuchar leyendas sobre Hércules y entablar los primeros contactos con los que serán sus compañeros de viaje en la terrible guerra de Troya. Podemos decir, que Manfredi intercala en la infancia y época de enseñanza del joven príncipe de Itaca, viejas historias y mitos de héroes de leyenda. Por medio de terceros, se cuentan hechos del viaje de los argonautas, así como la situación de las ciudades y principados de la Acaya griega. Esto sucede en las primeras 200 páginas, es decir en la primera mitad del libro.
A partir de aquí, nos encontramos con un Odiseo, proclamado rey por su padre, viviendo en un entorno de cambio, en el que los viejos reyes ceden su trono voluntariamente o no, a jóvenes aspirantes y príncipes, que ven el mundo de una manera diferente. Cuando esto sucede, y con Odiseo bien considerado entre sus semejantes, se produce la crisis que provocará el inicio de la guerra de Troya. Un juramento es su origen y un juramento provocará la guerra. Una mujer, su elección de marido y sus posteriores acciones llevarán a los reinos aqueos a lanzarse a un viaje, tan largo y épico como sus padres los argonautas, pero más sangriento y terrible.
Valerio Manfredi, con un vocabulario algo arcáico y muy apropiado, presenta al Odiseo mítico y humano, inteligente pero inseguro, fuerte pero temeroso. La figura mítica del héroe que peleará junto a Aquiles, Ayax, Agamenon o Menelao, aparece como un líder nato, pero no carente de sensibilidad y visión de futuro. El autor se encarga de subrayar que Odiseo se ve en la obligación de cumplir los juramentos, aunque lleven a la guerra, e impliquen verlo como una temeridad, una salida sangrienta y cruel que solo llevará a los reinos participantes a la pena y tristeza por los fallecidos. La humanidad del personaje, sobresale sobre su mito, con sus aciertos y defectos. Creo que aquí esta el acierto de Manfredi, en su descripción.
Paralelamente su capacidad y conocimiento para contar los diferentes mitos y leyendas de la edad arcaica griega, ligándolos y entremezclándolos con los hechos del protagonista, es un valor a tomar en cuenta. Sus historias se redactan con agilidad y se entrecruzan con inteligencia. Si a esto sumamos el carácter épico, inevitable en la narración de la guerra de Troya, resulta un texto entretenido, ameno y en ciertos momentos adictivo. Soluciona con mucho acierto lo mítico, lo mitológico, con su intento de dar un carácter de historicidad a lo que cuenta. Los humanos deciden, eligen y encuentran sus consecuencias. La figura de los dioses, siempre están ahí, pero en un segundo plano, en momentos de duerme vela, de sueños y fenómenos atmosféricos o catástrofes, pero el que toma decisiones y da el paso hacia adelante es el ser humano... él decide su destino. Manfredi humaniza la Iliada y la acerca al lector desmitificando lo mítico, pero convirtiendo los hechos en épica... y de manera muy solvente. Próximamente leeré su segunda parte, protagonizada por el regreso de Odiseo a casa, a su Itaca querida.
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