Hace unos meses, dediqué una reseña a el aclamado cómic de Alan Moore, "La Liga de los Hombres Extraordinarios" y un comparativo con la decepcionante y olvidable versión cinematográfica. Fue una auténtica pena, que se perdiera ocasión tan memorable, de realizar una película que podría haber resultado especialmente atractiva, viendo los personajes y las aventuras que los rodean en tan notable trabajo gráfico. Sin embargo, no hace mucho me llegó la noticia de la serie que hoy reseño, que si bien no está basada directamente en la obra de Moore, si que goza de cierta influencia difícil de negar.
La época nos lleva al Londres Victoriano, la historia se basa en la eterna lucha entre el bien y el mal y algunos personajes del cómic aparecen en la serie, incluyendo otros, que son creaciones míticas, de la literatura romántica y de terror de la segunda mitad del siglo XIX. En este caso, aparecen el Dr. Frankenstain y su criatura, vampiros, Dorian Gray, un pistolero norteamericano con un pasado oscuro, un explorador que ha buscado las fuentes del Nilo en Africa, una mujer que sufre la presencia de un Dios egipcio... Todo ello nos embarca en el perfecto escenario, para presentarnos una trama llena de misterio, leyendas y terror, enmarcadas en la atmósfera de la Inglaterra Victoriana, cuna de mitos literarios que ocupan el imaginario de cualquier aficionado a las historias de posesiones, monstruos y cuentos fantásticos.
El Canal Showtimes ha realizado una importante inversión para lograr una ambientación excelente, salpicada de historias entrecruzadas muy adictivas, y complejos personajes literarios de terror. Para ello ha contado con la participación de un importante elenco actoral, comandado por un recuperado Tymothy Dalton, una extraordinaria Eva Green, un convincente Johs Hartnett, y los menos conocidos, Harry Treadaway, Reeve Carney y Rory Kenear. Los directores de los distintos capítulos, han logrado entrecruzar las diferentes historias, armonizando y mezclando las leyendas de Frankenstain, Drácula, exorcismos, presencias, el cuadro de Dorian Gray y su eterna belleza, conjugado con el fondo de un Londres nocturno, que deambula entre su elegancia y sus suburbios más oscuros. El resultado, resulta adictivo, visualmente sólido y argumentalmente rico, por su diversidad e interés de los oculto, terrorífico y misterioso. Un acierto, sin duda, que espero se prolongue en nuevas temporadas.
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