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jueves, 29 de enero de 2015

"Mal encuentro a la luz de la luna" - W. Stanley Moss

Creta, abril de 1944. Dos oficiales británicos de los servicios especiales del ejército, desembarcan durante la noche en una pequeña playa de la isla ocupada por los alemanes. Allí les esperan un grupo de guerrilleros cretenses. Su misión, secuestrar al general Kreipe y trasladarlo a El Cairo. El oficial de los Coldstream Guards,  Billy Stanley Moss y su amigo y conocedor de la isla, Paddy Leigh Fermor, son los protagonistas de aquella aventura, redactada en un diario a lo largo de su estancia en Creta. La editorial Acantilado ha publicado estas memorias de Stanley Moss, añadiendo algunos comentarios aclaratorios del propio oficial y unos apéndices de Leigh Fermor. 


Día a día, el joven oficial y aventurero, describe los movimientos, planes y acciones que realizaron, junto a los valientes guerrilleros cretenses. Su llegada, fue relativamente accidentada, debido a que inicialmente pretendían lanzarse en paracaídas. Finalmente la operación se llevó a cabo desde el mar. A partir del desembarco, confiaron sus vidas a los grupos de resistencia de la isla, con los que pretendían realizar el secuestro y la posterior huida de la isla con el general alemán. El diario se acompaña de un cierto halo de aventura romántica, por parte de los oficiales británicos. No cabe la menor duda de su espíritu patriótico y de compromiso con su misión, pero además, la manera de escribir de Stanley Moss, aporta un carácter de espíritu superior y salvador, con respecto a los combatientes cretenses, con los que mantendrá buenas migas y a los que estará inmensamente agradecido por sus servicios en la isla. De ahí la sensación de que realmente los peligros que pasaron durante la operación, no parezcan más que simples contratiempos. 

Es interesante como el autor del diario, a la vez que nos explica paso a paso la consecución del secuestro y su preparación, nos cuenta de manera cercana, la personalidad y características del pueblo cretense, salvaje y familiar a la vez, luchador, guerrero y hospitalario como ninguno. Sus comentarios al respecto, nos aclaran cómo vivieron la invasión nazi, contando su labor guerrillera en los montes y campos. Hasta tal punto, que el dominio de ciertos territorios era muy alto. Por ello, Inglaterra, podía mantener en Creta, diferentes grupos de soldados, en servicio de espionaje, comunicación y apoyo a las guerrillas cretenses. Las cuevas, los barrancos y las montañas, eran territorio hostil para las tropas alemanas y esto permitió la consecución de una misión, en principio difícil de acometer, que necesitó de un gran grado de valentía y como no, un mucho de suerte.   

Un diario muy entretenido, sencillo de leer, con apenas 250 páginas, que describe el día a día de una de tantas operaciones realizadas tras las lineas enemigas, que acometieron los servicios especiales del ejército británico a lo largo del Mediterráneo. 

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