David Ayer es un director con un historial de películas escaso, pero interesante. Llamo la atención sobre dos. "Dueños de la calle" y "Sin tregua". En ellas se sumergió en el día a día de miembros de la policía, llevándolos a momentos de tensión y peligro con mucha soltura y buen hacer. Lo último que ha dirigido es una que posiblemente no veré, protagonizada por Arnold Schwarzenegger y la que hoy reseño, en la que se nos muestra una historia que narra la convivencia y el día a día de una tripulación de un tanque Sherman norteamericano, en abril de 1945, durante la invasión de Alemania, ya en los últimos días de la IIGM en Europa. Brad Pitt encarna al veterano sargento al mando de los cuatro soldados que completan la tripulación del tanque. El ayudante del piloto ha fallecido y un joven novato entra a formar parte del equipo.
Empiezo por los detalles que me han gustado de esta película dura, en muchos momentos realista y reflejo del estado de ánimo de los contendientes al final de la guerra. David Ayer, acierta en el mensaje que transmite sobre la situación en abril de 1945. Por un lado los norteamericanos, llevan casi un año desde el desembarco de Normandía. Sus reacciones muestran a veteranos agotados, rotos por la tensión de la guerra y francamente desbordados por los combates que palmo a palmo deben acometer contra las tropas alemanas. Y por otro, la posición desesperada de las tropas que ahora ven invadido su país. La defensa casi suicida de los alemanes, exaspera todavía más a los americanos, que terminan cometiendo actos execrables. El director nos muestra combates encarnizados, llenos de sangre, barro y metralla. Hay una escena que me ha impactado especialmente y no se desarrolla en el campo de combate. Me refiero a la desarrollada en la casa de las dos mujeres alemanas, en una población conquistada por los yanquies. La tensión que se expresa en esos minutos, es superior a la mostrada en el metraje transcurrido dentro del tanque y a las batallas de las que somos testigos en la película. Esto ahonda en algo que el director domina y es de agradecer en un film bélico de esta factura.
Además, ha tenido el don de afrontar uno de los pocos espacios no tratados de la guerra. El interior de un tanque. Sí que recordamos aquella película rompedora que se desarrollaba en Afganistan en un T-62 soviético, llamada "La Bestia", pero es la primera vez que se hace en la época de la IIGM. Ayer aporta cómo funcionaba este vehículo blindado de 30 toneladas. El poco espacio del que contaban, hacía la convivencia muy difícil. La capacidad destructiva y a su vez, la indefendible posición frente a armas superiores. Nos muestra también su aportación a la infantería, tanto en campo abierto como en las poblaciones y su modo de actuar en formación o incluso, frente a los muy superiores Tiger alemanes. Quizás estos factores sean las aportaciones más interesantes del film.
Sin embargo, y después de comentar los aspectos positivos de la película, no queda más que descubrir, lo que para mí hace cojear el resultado de la misma. Por un lado su estructura dramática. No puedo dejar de recordar y compararla con "Salvar al soldado Ryan", estupenda película de Spielberg. Ayer repite su esquema. Un grupo de soldados son enviados a una serie de misiones. Lo lidera un veterano, que aúna a sus hombre con su ascendiente sobre ellos y su espíritu protector. Un recluta novato y perteneciente al cuerpo administrativo del ejército es enviado a su formación para suplir una baja y formar parte de su misión. El muchacho deberá aprender de la dureza y sangrienta guerra y madurar en ella. La misión también anda en similares derroteros en ambas películas. Por ello creo que lo novedoso de este film es que se desarrolla en un tanque y poco más. Solo añadir, que su parte final, digamos media hora, hace que lo que hubiera sido un producto interesante, humano y realista, se convierta en algo irregular y casi increíble. Hasta aquí puedo contar, pero esos treinta minutos desbaratan un proyecto que podría haber resultado otra cosa, más interesante.
Respecto a los actores, Brad Pitt mantiene un rictus hierático en mi opinión demasiado forzado, aunque su personaje tiene fuerza y presencia en la pantalla... eso es indudable. Logan Lerman, Shia Labeouf, John Bernthal y Michael Peña, completan personajes interesantes, curtidos en mil batallas y con muchas heridas mentales más que físicas. A lo mejor confrontan personalidades que ya hemos visto en otras películas bélicas, pero cumplen su objetivo, que no es otro que trasladar la dureza, crueldad y salvajismo de la guerra. Un producto irregular, con un núcleo potente y solvente, hasta la última media hora, que desbarata el conjunto de una película que recuerda a "Salvar al soldado Ryan" y por ello y otras razones ya comentadas, no pasará a la historia.
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