No me equivoco si afirmo que una de las mejores series de suspense creada para cómic de los últimos años fue "100 balas", creada por Azzarello y Risso. La historia trataba de un agente y su equipo, que trabajaban para una coorporación de familias,
llamadas Trust, y que en un momento dado deciden rebelarse contra ella,
consiguiendo provocar una guerra, de terribles consecuencias. Maletines, armas, dinero, asesinos, completaban una de las tramas mejor tejidas en cuanto a guión se refiere. Cuatro años
después, el mismo equipo creativo, ha decidido retomar a uno de los personajes
supervivientes de aquella estupenda serie de cómics. En este caso nos referimos
a Lono, uno de los terribles asesinos y secuaces utilizados como arma
destructora por unos y otros en aquella terrible batalla.
Tras aquellas brutales acciones, Lono busca un descanso, el perdón a sus
pecados, en una misión de Méjico, donde la iglesia se dedica a proteger a huérfanos
niños y niñas, que en algún momento de sus vidas han recibido el golpe
asesino de las mafias mejicanas. La ambición de si líder por extender su dominio sobre el
trafico de drogas y la aparición de una nueva monja en la misión, van de la
mano a la hora de atraer el mal y la destrucción al hogar protegido por Lono y
por el sacerdote, titular del lugar.
Nuestro protagonista es un ser que busca la
redención en la misión, que durante el día trabaja denodadamente en ella y por ella, y por
la noche, tras tomar alguna que otra copa, se va a dormir a la cárcel para no
hacer salir de aquel increíble cuerpo el mal que tanto lo dominó en el pasado y
que todavía no ha desaparecido. Las circunstancias, las mafias, la DEA y su propia conciencia, entran en beligerante batalla, hasta traer
consecuencias terribles a los habitantes de aquel lado de la frontera.
Como pasaba en la serie 100 Balas, los autores desatan en el cómic violencia,
traición y muerte, desarrollando a lo largo de las viñetas, una trama que no
deja respiro, y que juega con las fidelidades de los diferentes personajes,
que tienden a su propia supervivencia, independientemente de amistades,
creencias o juramentos. Todo ello, que goza de un guión perfectamente ensamblado, viene
acompañado de un dibujo tan característico y directo, que resulta tan fiel a la
trama que no se puede separar de ella. Con un juego de colores intenso y
cálido, donde las miradas dicen más que mil palabras, y la sangre parece
desbordar cada una de las paginas, el resultado resulta tan impactante y brutal, como en su momento lo fue la serie que les hizo famosos.
Ojalá no termine aquí el reencuentro con los personajes que sobrevivieron a aquellos números geniales y tanto Risso como Azzarello los recuperen creando historias tan impactantes como la que hoy reseño. Altamente recomendable.
Ojalá no termine aquí el reencuentro con los personajes que sobrevivieron a aquellos números geniales y tanto Risso como Azzarello los recuperen creando historias tan impactantes como la que hoy reseño. Altamente recomendable.
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