Boardwalk Empire es una serie de HBO y producida entre otros por Ridley Scott y que la podemos ver en Canal + España. Estrenada en 2010, acaba de terminar la emisión de la 4ª temporada. El protagonista absoluto de la serie es Nucky Thompson, interpretado por Steve Buscemi. Nos sitúa en Atlantic City, en los años de la Ley Seca, alrededor de 1920. Thompson, figura política y con una fuerte influencia en Atlantic City, interactúa en un mundo lleno de tráfico de alcohol, gansters, asesinatos y otras actividades ilegales. A lo largo de las temporadas de la serie han ido apareciendo, en mayor o menor, medida personajes históricos que han formado parte de la época que se representa. Arnold Rothstein, Al Capone, Lucky Luciano, Johnny Torrio, Bugsy Siegel y otros grandes mafiosos se entremezclan en las historias de nuestro protagonista y su entorno, consiguiendo que la serie nos pinte un paisaje muy real del nacimiento de las grandes familias mafiosas de la época de entreguerras en Estados Unidos.
En esta temporada, y tras la tercera, en la que apunto estuvo Nucky Thompson de fallecer en un atentado por el control del alcohol, las cosas comienzan con un pacto de no agresión entre los diferentes representantes de las distintas ramas mafiosas. Varias tramas nuevas surgen e los largo de los capítulos. El hermano de Thompson, Eli, tiene problemas con su hiijo mayor, que pretende vivir su vida y elegir su futuro sin contar con su padre. Chalky White, el salvador de Thompson, en la anterior temporada, obtiene sus frutos por su fidelidad, pero se le cruza una bella cantante y su protector, el Doctor Narcisse, oscuro personaje y baza importante para los sucesos de esta temporada. En Chicago, Capone empieza a actuar por su cuenta, saliéndose de la sombra de Torrio, su capo. Algo terrible sucederá con el mayordomo de Nucky, su hombre de confianza, haciendo de un capítulo en particular, una autentica joya de tempo y sorpresa. Parece que a Gillian Darmony se le aparece un ángel, del que se enamora y sobre el que se apoya para salir del pozo en que se encontraba. Nucky amplía su negocio a Tampa, Florida, y se alía con una mujer de armas tomar, interpretada por Patricia Arquette. Por otro lado el tráfico de heroína empieza a campar a sus anchas, por una simple razón económica: produce muchos beneficios y engancha. Y buscando un nexo entre todos ellos, el FBI recién creado, busca una causa real para terminar con la delincuencia organizada en EEUU. La guerra ha comenzado. Y así, poco a poco, alguna trama da carpetazo en esta temporada y otras, la mayoría se desarrollan inevitablemente hacia una quinta temporada en la que tendrán que suceder muchas cosas.
En definitiva, esta cuarta temporada parece ser un peaje de paso hacia la resolución de muchas historias, que terminarán entrecruzándose. La sombra de la traición ha sobrevolado durante los doce capítulos y parece que de alguna manera deberá materializarse en la siguiente, aunque ya ha producido muchos daños en el último capítulo de esta temporada. Los personajes, la ambientación, la música, resultan redondos. La serie no se rige por lo espectacular y lo improvisado. Su ritmo es lento, como queriendo anunciar lo que vendrá en el futuro, pero sin prisa, complicándo poco a poco, las líneas interpretativas de los personajes. Un serie de calidad, que subsiste en la HBO en EEUU con no demasiados buenos números, pero que por su buen hacer y la interpretación de una época casi de género, debería proseguir su rodaje. Por ahora ya se ha programado una quinta temporada. En definitiva, calidad, calidad, calidad.
En definitiva, esta cuarta temporada parece ser un peaje de paso hacia la resolución de muchas historias, que terminarán entrecruzándose. La sombra de la traición ha sobrevolado durante los doce capítulos y parece que de alguna manera deberá materializarse en la siguiente, aunque ya ha producido muchos daños en el último capítulo de esta temporada. Los personajes, la ambientación, la música, resultan redondos. La serie no se rige por lo espectacular y lo improvisado. Su ritmo es lento, como queriendo anunciar lo que vendrá en el futuro, pero sin prisa, complicándo poco a poco, las líneas interpretativas de los personajes. Un serie de calidad, que subsiste en la HBO en EEUU con no demasiados buenos números, pero que por su buen hacer y la interpretación de una época casi de género, debería proseguir su rodaje. Por ahora ya se ha programado una quinta temporada. En definitiva, calidad, calidad, calidad.