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jueves, 7 de diciembre de 2017

"Venecia. Ciudad de Fortuna" - Roger Crowley

Allá por 2015, fue cuando leí por primera vez un ensayo del historiador Roger Crowley. Con "Los Imperios del mar. La batalla final por el Mediterráneo. 1521-1580" descubrí un autor serio en su preparación bibliográfica y especialmente entretenido en su escritura, concluyendo que me encontraba ante un gran divulgador en lo que a la historia y periodo se refiere. Desde entonces, la editorial "Ático de los Libros" ha publicado dos libros más de este autor. En mi caso, me hice rápidamente con el que hoy reseño, "Venecia. Ciudad de Fortuna. Auge y caída del imperio naval veneciano" y no puedo más que rendirme otra vez ante un historiador digno de leer y obligado para recomendar.

Crowley se adentra en la historia de la República Veneciana desde el año 1000 hasta el 1503. En estos quinientos años, Venecia pasa de ser una pequeña población situada en medio de un lago en el norte del mar Adriático, a convertirse en la mayor potencia marítima del Mediterráneo oriental, para luego, terminar decayendo por el imparable avance del Turco. El autor, divide el libro en tres grandes partes. La primera, entre el año 1000 y el 1204, se refiere al ascenso de Venecia, su intervención en la Cuarta Cruzada y su posición frente al Imperio Bizantino. La segunda, entre el año 1204 hasta aproximadamente el año 1425, aunque incluye también una panorámica general socio-económica de Venecia en el siglo XV, se refiere a su enfrentamiento con Génova. La tercera y última, trascurre entre principios de 1400 y el año 1503, donde tendrá como principal oponente al Imperio Otomano. En cada una de estas grandes etapas, Venecia se enfrenta con poderosos enemigos, por hacerse con el dominio de los mares. Los bizantinos, los genoveses y los otomanos, rivalizaron militarmente y económicamente con los venecianos, entremezclando dudosas alianzas, terribles batallas y no menos importantes aventuras marítimas que llegaron hasta la costa orientas del Mar Negro.

Venecia se apreciaba en su constancia comercial, en sus política y administración estrictas, en la validez inviolable de la oferta y la demanda, en su industria naval y la legislación marítima llevada a extremos de puro cumplimiento. Gracias a ello, la ciudad creció, se desarrolló y sobre todo, se expandió en el Mediterráneo, en base a cuatro importantes emplazamientos: Creta, Modona, Corona y Negroponte, más su relación más o menos regular con Constantinopla. Como hemos visto no le faltaron enemigos, sobre todo los genoveses, más individualistas y de estructura económica más privada, que basaban su éxito en la piratería, la guerra y la esclavitud, ante los que Venecia se esforzó por oponerse, desde Constantinopla, hasta el Mar Negro, enfrentándose en una guerra que llevó a Venecia a la extenuación, y batallando hasta en la misma Laguna en 1380. Sin embargo, Venecia logró doblegar a Génova, convirtiéndose en el máximo dominador del mar y su comercio.

Ni el enfrentamiento equívoco en la Cuarta Cruzada, que le llevó a chocar de frente con el mismo papado, ni la peste de mediados del siglo XV, ni Génova en su pretensión por doblegar al Stato di Mare, consiguieron aplacar la presencia comercial, económica, militar y naval de la República. Sin embargo, en el año 1416 sucedió lo inevitable y comenzó el choque con el Imperio Otomano. En pocos años cayó Constantinopla... Poco después las colonias venecianas no solo sufrieron acoso naval, sino que la fuerza terrestre del turco, completaba el avance imparable de la Luna Creciente. En 1503 solo quedaban Rodas, Creta, Corfú y Chipre como meros testigos de lo que fue el gran imperio mediterráneo de Venecia. Además el descubrimiento de la ruta portuguesa a las Indias, aceleró y mejoró el transporte de las especias y productos exóticos, con lo que la gran luz que brillaba sobre la República comenzó inevitablemente a palidecer. 

En definitiva un magno ensayo, escrito con gran detalle, dinamismo y erudición. Crowley narra la historia como si la novelara. Su cercanía en la manera de contar, no riñe con los datos, las fechas y los razonamientos históricos. Todo lo contrario. El ensayo se lee con gusto, con adicción. La lectura de este libro no hace más que corroborar mi sentimiento como lector y amante de la historia ante la capacidad de divulgación de este gran autor. Muy recomendable... Habrá que hacerse con el tercer libro publicado por "Ático de los Libros" Nada más y nada menos que "La caída de Constantinopla".