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jueves, 28 de julio de 2022

"Tokyo Vice" - Temporada 1

 
En cuanto me enteré que la plataforma HBO estrenaba una serie ambientada en Japón durante los años noventa y que ahondaba en el universo de la Yakuza y que además Michael Mann dirigía el primer capítulo, fue todo uno y ponerme con ella. Mientras me adentraba en las experiencias del joven reportero estadounidense que consigue un empleo en un periódico de Tokyo y se propone investigar una serie de asesinatos, ante la pasividad de la policía y del propio periódico, me informo de que la serie esta basada en un libro escrito por el periodista protagonista, todo lo cual no hacía más que excitar mi interés por esta producción. No me equivocaba al intuir que me encontraba con una serie que valía la pena disfrutar.
Efectivamente, el protagonista, llamado Jake Adelstein, recala sorprendente en un periódico de la capital nipona, superando las duras pruebas de acceso. Es por ello que, al ocupar su nuevo puesto de trabajo, debe habituarse a las férreas normas de su nuevo empleador. Cuando le ordenan cubrir la aparición de un cadáver, le sorprende cómo su obligación no va más allá de trasladar a las páginas del periódico el escueto informe que la policía traslada en la correspondiente rueda de prensa. Su curiosidad le lleva a tomar la iniciativa en la investigación sobre este asunto y otros crímenes relacionados con la Yakuza. Poco a poco se acerca a un par de inspectores que difieren en su manera de trabajar e incluso en las relaciones y ambientes en los que se mueven. Es aquí cuando, poco a poco, se va introduciendo en algunos clubs de señoritas de compañía occidentales, donde conocerá a una joven estadounidense, con la que se abre en la serie, una trama paralela a la principal.
A lo largo de los ocho capítulos de los que consta la serie, no solo vamos siguiendo el hilo de Jake en su investigación, así como su equívocos y tropiezos, sino que además, además de internarnos en el mundo de la mafia japonesa, también descubrimos algunas de las costumbres sociales del país, así como el funcionamiento de la policía y la prensa. Todo nos parece lejano y diferente y, sin embargo, nos unen con aquella sociedad los mismos deseos de buscar compañía, el deseo de poder, la corrupción policial y, por qué no, los sentimientos de amistad tan universales. Sin embargo, todo pasa por el filtro de una cultura diferente, menos dada al contacto físico y al faranduleo occidental, pero que también goza de sus gustos privados y sus vicios, en una más que recóndita intimidad. En sí, esta aportación es interesante y se suma a la trama definida por la investigación y tejemanejes con la Yakuza, su lucha de poder y sus escarceos con la corrupción policial.
Todo ello lo podemos disfrutar en una serie protagonizada por un acertado elenco liderado por Ansel Ergot, Rachel Keller, Rinko Kikuchi y un veterano Ken Watanabe,  en los papeles más relevantes. Por supuesto, el noventa y nueve por ciento de los actores y actrices son de origen japonés, como corresponde a que Tokyo y sus calles son el referente de la serie. Interesante en su presentación y desarrollo, da toda la impresión de que la serie tendrá continuación en una segunda temporada que no me perderé. Buen producto de calidad y entretenimiento, con su ritmo pausado y sus tramas esquivas, nada carentes de misterio. 


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