El número doce de esta serie de Historia Moderna, publicada por Desperta Ferro, nos traslada a 1519, cuando un reducido grupo de aventureros españoles, comandados por Hernán Cortés, se adentró en territorio mexica, logrando en apenas dos años, sojuzgar un imperio y abriendo la puerta a la imparable conquista a esta zona del continente centro americano.
A lo largo de este número, se explicarán las condiciones y los momentos más importantes que se dieron lugar durante 1519 y 1521, desde que los españoles tuvieron contacto con los habitantes mesoamericanos, hasta la completa destrucción de Tenochtitlan. Por supuesto, hay que tener en cuenta que el Triple Imperio de Tetzoco, Tlacopan y Tenochticlan habían ocupado el poder a base de presionar y derrotar a sus pueblos vecinos. Esta era la situación que encontró Cortés, a su llegada a Tlaxcala, de la que que se benefició, formando una alianza de distintos pueblos que le apoyaron a lo largo de los años. Tras un capítulo introductorio sobre esta situación previa, el profesor Manuel Gracia Rivas realiza un esbozo de la figura de Cortés. Quizás llevado por cierta adoración por el personaje, lo sitúa en el limbo de los generales comparándolo con César. Pienso que, las comparaciones no deben servir para describir al conquistador. Pueden resultar exageradas. Aún así, nadie puede decir que Cortés no era hábil y que no tuviera un don estratega superior. Su situación se vio ayudada por un Moctezuma, excesivamente melindroso y religioso, que no supo adivinar las intenciones del español. Precisamente por ello, una vez desaparecido el rey azteca, la posición española fue tan difícil, que tuvieron que realizar una retirada de la capital, que comenzó con la Noche Triste. Aún venciendo a sus perseguidores en Otumba, la expedición estuvo a punto de claudicar, si no fuera gracias a sus nativos aliados de Tlaxcala. Todo ello, provocó en poco tiempo el definitivo ataque a la capital, combinando técnicas novedosas en la zona, como el uso de bergantines y ya en la ciudad, la destrucción del terreno conquistado. Estos tres o cuatro artículos son la base de la publicación y vienen acompañadas de excelentes mapas explicativos de los movimientos de los conquistadores. Especialmente intenso el dedicado a la conquista de Tenochtitlan.
Los últimos artículos se refieren a los pueblos nativos aliados, gracias a las cuales, Cortés pudo plantar cara a un Imperio fuerte y organizado, pero que había sembrado anteriormente el terror en sus territorios aledaños, creando un espíritu de odio y venganza que les haría caer posteriormente. Así mismo, se hace un estudio de la panoplia conquistadores y pueblos mesoamericanos, remarcando las diferencias y las aportaciones de unos y otros a su propio armamento. Este artículo se acompaña de soberbias ilustraciones de las distintas armas y protecciones. Y por último, valorar el cómo y porqué, los pueblos nativos se enfrentaron o ayudaron a los españoles. La religión, las distintas interpretaciones frente a la aparición de estos seres barbudos y cubiertos de metal, así como la ambición y el sentido de venganza, hizo que se diera una auténtica guerra civil en la zona.
Un número interesante, al que sin embargo, encuentro cierta repetición temática y argumentativa en sus artículos, además de la excesiva alabanza de la figura de Cortés, en su capítulo correspondiente. Quizás, uno de los números menos acertados, no en su temática, pero si en su fondo y en las ponencias elegidas, en mi opinión algo repetitivas. Aún así, vale como introducción al tema, en la que se nos muestra de un vistazo la conquista realizada entre 1519 y 1521. Por cierto, la portada extraordinaria.
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