Como no podía ser de otra manera buscamos un hueco, casi un día completo, para visitar los Museos Vaticanos. Recomiendo fervientemente comprar las entradas por internet, lo que hace que te ahorres entre una o dos horas de cola para entrar. Por supuesto, en su recorrido se puede visitar la Capilla Sixtina, pero es el único emplazamiento donde no está permitido sacar fotos, por lo que no aparecerá en ninguna de las reseñas. Para simplificar, voy a dividir en dos entradas la visita a uno de los museos más completos y diversos de Europa.
Hoy lo dedicaré a la fabulosa colección de estatuas de época clásica romana, de las que goza sus galerías.
Hoy lo dedicaré a la fabulosa colección de estatuas de época clásica romana, de las que goza sus galerías.
La mayoría de las esculturas se encuentran en el Museo Pío Clementino, y son dos de sus salas las que comprenden la muestra más interesante. Por un lado El Patio Octógono, abierto al cielo, que acoge al Apoxiomeno, al Laocoonte y sus hijos, y al Apolo de Belvedere. Por otro lado, la Sala Redonda, espléndido marco que engloba estatuas colosales. Impresiona una estatua en bronce de Hércules tanto por su tamaño, como por la rareza de su supervivencia en el tiempo. El bronce, era muy codiciado en otras épocas, y pocas figuras de este metal se han conservado aquellos siglos.
Patio Octógono
Sala Redonda
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