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martes, 19 de enero de 2016

"La tumba de Alejandro" - Valerio Massimo Manfredi

Manfredi no solo es un buen escritor de novela histórica. Independientemente de si gusta o no su manera de escribir, es indudable que el escritor se prepara a conciencia sus libros. El estudio de las fuentes primarias es prioritario en su obra, lo que hace que sus escritos tengan un ensamblaje suficientemente sólido para hacerlas interesantes no solo literariamente sino también históricamente. 


En el caso del libro al que hoy me refiero, nos encontramos ante un pequeño pero sustancioso ensayo dedicado a la tumba de Alejandro Magno. Como bien sabemos, a día de hoy, el lugar donde Alejandro fue enterrado tras su muerte, es uno de los grandes misterios de la historia. Por ello, Manfredi, inicialmente utilizando fuentes antiguas y después estudiando a los arqueólogos, aventureros y estudiosos que han tratado tan oscuro e interesante misterio, ha reunido en apenas 200 páginas las pistas que existen sobre la tumba del gran macedonio.

Manfredi abarca su estudio de manera cronológica, comenzando por los acontecimientos que rodearon la vuelta de Alejandro desde la India tras su muerte. De por sí, su fallecimiento ya está rodeado de dudas. Asesinato o enfermedad. A partir de este trágico momento, sus leales amigos no solo se preocuparán de qué hacer con el imperio del Macedonio, sino cómo dar culto y sepultura al mismo. Siguiendo los textos antiguos seguimos el cuerpo de Alejandro hasta Egipto, llevado allí por la fuerza o no, por Ptolomeo. Será con seguridad Alejandría su destino final. Prueba de ello son las visitas, reflejadas por historiadores de la época de grandes personajes de la antigüedad. Julio César, Octaviano, quizás Calígula, Septimio Severo y Caracalla fueron algunos de ellos. A partir de éste último, no hay más datos ciertos y escritos de visita a la tumba. Alejandría sufre nuevas obras, asedios e incendios, y finalmente en el año 365 un tsunámi de grandes y terribles dimensiones. Posteriormente el cristianismo y el islam, harán que se olvide, se esconda, se desautorice el recuerdo de Alejandro y su tumba, hasta el resurgimiento del gusto por lo antiguo y clásico del siglo XIX. A parir de este momento arqueólogos, aventureros, charlatanes y estudiosos, teorizan sobre la situación original de la tumba. Las investigaciones del urbanismo de Alejandría, el modelo típico de enterramiento macedónico, la utilización de los Ptolomeos de una tumba que da legitimidad a su dinastía y otros datos importantes, resultan claves para su estudio. Sin embargo, varios factores dificultan mucho la investigación. El cambio urbanístico de Alejandría a lo largo de los siglos, los cambios geográficos, sobre todo los niveles del mar, la fisonomía de la ciudad y las dudas sobre los cambios de ubicación de la tumba en la antigüedad, complican hasta la actualidad la resolución del misterio.

Desde el siglo XIX, las investigaciones serias se han mezclado con alocadas teorías. Aventureros y buscadores de tesoros han teorizado de manera ligera y fantasiosa sobre la realidad de la tumba. Otros investigadores, sin aventurarse en exceso, han situado la misma, en base a estudios morfológicos del terreno y a la situación de la ciudad en la época del enterramiento. Incluso, algunos se atreven a aventurar que los restos de San Marcos, llevados a Venecia desde Alejandría son realmente los de Alejandro. Pero lo importante de este texto no es la resolución del enigma en sí, al que todavía no se ha llegado, sino el interesante viaje del que Manfredi nos hace disfrutar a lo largo de los siglos, con la única finalidad de seguir las pistas de la gran tumba perdida del gran conquistador. Y realmente lo consigue, aportando minuciosidad, amenidad y maneras divulgativas, serias y sólidas sobre el misterio frente al que se han encontrado curiosos, estudiosos y eruditos. Interesante es poco. Como ya dije, corto y ameno. Resulta un ensayo terriblemente interesante.

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