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lunes, 2 de julio de 2018

"Hereditary"

Estrenada con cierto halo de pertenencia al grito de las nuevas películas de terror que desde hace unos años, se están ofreciendo al cinéfilo de pro, y que han dado la sensación de que el género, por fin, ha tomado nuevos y renovados aires, "Heredity" es la cuasi primera película de referencia del director Ari Aster. Su argumento es relativamente sencillo y entra dentro de los cánones más ortodoxos del cine de terror. Tras la muerte de la madre autoritaria de una artista del mundo de las casas de muñecas de miniatura, una serie de acontecimientos, alguno de ellos especialmente desgraciado, salpican la ya de por sí anómala vida de una familia. 

Con esta premisa, en la que, por supuesto, la huella de identidad de la matriarca y la localización del hogar de la familia, en una zona recóndita y alejada de la ciudad, en pleno bosque, el director afronta una historia de apariciones, misterios y relaciones familiares especialmente tormentosas. Si bien, a primera vista, da la impresión de que podríamos encontrarnos con una película en la que la trama poco aporta al género, y por tanto, estaríamos ante un producto del montón, debo decir, a pesar del resultado final, algo irregular, que ciertas características en la dirección del film, pueden aportar sino novedad, sí un punto de vista diferente y un relato narrativo llamativo. 
Ante todo y sobre todo, nos encontramos con una película con una presencia visual interesante y francamente en algunos momentos hipnótica. El tratamiento de los diálogos, así como los planos en los que el silencio y las miradas son las grandes protagonistas, se intercalan entre los movimientos de cámara en los que el espectador parece encontrarse dentro de la casa familiar como si se tratara de una de las pequeñas reproducciones con las que la protagonista juega con el arte de su creación y su vida miniaturizada. El guión juega con un trabajo de orfebrería en la construcción de la trama, aportando pocas pistas, con tal de mantener el suspense sobre el pasado y entorno de la familia, pero jugando con un goteo continuo de información con la que el espectador deberá aliarse para no perderse en el camino hacia su extraño y, en mi opinión, fallido final. La atmósfera envolvente ayuda a imbuirse en la historia, acompañado de una efectista banda sonora, que recuerda a la de la película "La Bruja" y del ya comentado movimiento de cámara, para mí, lo mejor de la película. 
Respecto al plantel actoral, Toni Collete lidera a los integrantes de la familia, en un papel muy físico y expresivo, en el que no me termina de cuadrar, pero con el que termina cumpliendo muy por encima de sus compañeros de reparto. Los hijos, encarnados por un soso Alex Wolf y una desconcertante como tenebrosa Milly Saphiro, no logran transmitir en exceso su pasado tan turbio, algo que ni de lejos consigue, un decepcionante Gabriel Byrne. Por encima de ellos sobresale la siempre intrigante Ann Dowd, en un papel que le viene como anillo al dedo. A partir de aquí es donde entramos en los hándicaps del film. Un metraje de ciento veintiséis minutos debe jugar con mucho más que buenos movimientos de cámara, cierto suspense salpicado de apariciones, algún que otro pequeño susto, o un montón de caras pasmadas o gestos de miedo e incomprensión. Al guión y los actores, así como a la trama le vienen largas las dos horas de visionado. Sin duda, con una media hora menos, la película podría funcionar mucho mejor. Pero es que además, el intenso trabajo del dirección y ambientación, en ciertos momentos sutil e inteligente, se desparrama en quince minutos finales absolutamente decepcionantes, en los que los golpes de efecto propuesto por el director terminan por tirar por tierra todo el esfuerzo realizado.
It FollowsLa BrujaDéjame SalirUn Lugar Tranquilo o incluso Múltiple, son películas con las que se compara y de las que busca formar parte en el nuevo estilo del actual modelo de género de terror. Sin ser redondas y con todos sus defectos, todas ellas apenas pasan de los noventa o cien minutos, acertando en su extensión, precisamente para asumir con cierto éxito una elaboración pausada de la trama donde el suspense y la tensión son los máximos protagonistas. Los minutos de más de "Hereditary" no ayudan precisamente a digerir un final tan rocambolesco y hasta cierto punto sonrojante. Una auténtica lástima.