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lunes, 23 de septiembre de 2024

"Muros de adobe" - W. R. Burnett

La novela que hoy reseño fue escrita por el escritor y guionista estadounidense W.R.Burnett en 1953. Por sus manos han pasado los guiones de películas tan relevantes como La gran evasión, Scarface, El último refugio, y muchas más. Precisamente este factor se visualiza a la perfección en Muros de Adobe, por su dominio en la agilidad de los diálogos en ella plasmados. Pero es que además, su carrera novelística contiene títulos tan importantes como La jungla de asfalto o Alta Sierra, experiencia que también se muestra solventemente en su capacidad de describir y plasmar en las páginas de la novela la acción y los escenarios donde se desarrollan los hechos. Por todo ello, me parece importante recalcar que estamos ante una interesante y bien escrita novela del género del western que, a mí, personalmente, me ha parecido muy equilibrada.

La trama de la novela se desarrolla a mediados de los años ochenta del siglo XIX, a finales de las conocidas como Guerras Apaches, localizadas entre los territorios de Arizona y México. En una reserva apache se produce una doble huida de sus habitantes, prisioneros de la administración de los EEUU. Por un lado, un veterano jefe se escapa con gran parte de mujeres, ancianos y niños hacia la frontera mexicana. Por otro, un joven guerrero llamado Toriano, huye dirección al oeste, con un peligroso grupo de guerreros. El enfrentamiento de ambos hombres por liderar a su pueblo ha hecho saltar la chispa en un avispero que promete ataques a ranchos, muertes y terror en el territorio. El ejército llama al jefe de exploradores Walter Grein para apagar un fuego que ciertas decisiones de los que marcan la política del Departamento de Asuntos Indios de Washington no harán más avivar el peligro y el desastre.

El autor toma los nombres de Victorio, el gran jefe de guerra apache, y el archi conocido explorador Al Sieber, para trasladar al lector los dimes y diretes del enfrentamiento y participación de ambos personajes históricos al final de las Guerras Apaches. Es verdad que no coinciden los hechos y las fechas, pero es clara plasmación de los acontecimientos que se suceden en la novela. Grein, al mando de un curioso y heterogéneo grupo de exploradores blancos y nativos, recibe la orden de buscar y derrotar a la banda de guerra de Toriano. Burnett no solo describe las largas cabalgadas en la búsqueda de los huidos, sino que también incide en las profundas diferencias de acción y los choques de personalidad que se producen entre los militares de la caballería y el grupo de extraños, borrachines pero eficientes exploradores. Precisamente éste es uno de los grandes aciertos de la novela. Ese abismo en la reacción y toma de decisiones entre los militares atados a las propias reglas, a la estrategia y a las órdenes de simples burócratas, y el conocimiento sobre el terreno de aquellos veteranos que han sufrido cientos de pequeños choques con los nativos de la zona, de los que han salido, muchas veces heridos, pero vivos. 

Los largos años de combates contra los apaches no fueron modelo de enfrentamientos entre grandes grupos de guerreros y de soldados azules, ni se produjeron fantásticas cargas de caballería, como bien cuenta en su maravilloso ensayo de Desperta Ferro, Las Guerras Apaches, el historiador Paul Andrew Hutton. Todo lo contrario. Pequeñas bandas guerreras asolaban el territorio en grupos de veinte o treinta combatientes, incluso muchos menos, mientras que la caballería no daba a basto para abarcar miles de kilómetros cuadrados de desierto, rocas y asolación. El trabajo de los exploradores y las pequeñas escuadras de caballería de los EEUU implicaba muchos días de cabalgadas, pasando calor, sed, soledad y sobre todo, tragando mucho polvo. Los apaches atacaban en grupos de guerrillas los solitarios ranchos que encontraban en su camino, haciendo muy difícil su captura. Es aquí dónde los exploradores del ejército, tanto hombres blancos duros y curtidos, y no pocos nativos tanto apaches o de otras tribus, deseosas de capturar y aniquilar a sus acérrimos enemigos, constituían un pilar fundamental en estas campañas, como adivinó el general Cook, al final de la guerra. Cierto es también, que algunos exploradores nativos, decidían de vez en cuando cambiar de bando, tal y como sucedió en más de un ocasión, provocando mil y un dolores de cabeza al ejército estadounidense. 

Con un impecable conocimiento de los hechos y del territorio donde transcurre la acción de la novela, Burnett traslada al lector, de manera impecable, las duras condiciones en las que Grein debe acometer su misión, acompañado de un grupo de personajes con los que se nota que el autor disfruta en su descripción y desarrollo. También, llamo la atención, como decía al principio, en los problemas que surgen, no pocos, entre el explorador y los burócratas venidos de Washington para solucionar y gestionar el problema apache, un tema candente  y presente, en los años ochenta del siglo XIX, en las portadas de los periódicos al este del país. Por supuesto, el autor incluye en la novela, como no podía ser menos, momentos de acción y emboscadas, en las que unos y otros usan los medios posibles a su disposición para aniquilar al contrario, en una lucha por la supervivencia, y en un territorio altamente hostil. Incluso Burnett se permite el lujo de incluir una pequeña e imposible historia de amor que, en absoluto resulta fuera de lugar dentro de la trama y con la que aporta un enfoque sobre la vida social y la diferencia entre clases de quienes viven en un puesto militar de Arizona. En definitiva, estamos ante una muy entretenida novela, bien escrita y que recomiendo a los fervientes aficionados al género. 

 

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