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lunes, 5 de febrero de 2024

"Lapvona" - Ottessa Moshfegh

 

Ambientada en un lugar anónimo e imaginario durante el medievo, esta novela de la autora Ottessa Moshfegh, me recuerda el estilo y las tramas desarrolladas en una serie de novelas como El gigante enterrado de Kazuo Ishiguro, El rey campesino de Andra Camilleri, Olvidado rey Gurú de Ana María Matute o El enano de Par Lagerkvist. En todas ellas el componente mágico o fantástico se interrelaciona con una sociedad localizada en tiempos pasados para presentar al lector una especie de fábula o metáfora vital llena de componentes humanos indiscutiblemente enmarcados en la realidad de la sociedad y sus componentes en cuanto a sus maldades, bondades, creencias, supersticiones, vicios, virtudes, venganzas o amores. Todos ellos y muchos más, tan propios de nuestros ancestros como pertenecientes a nuestra sociedad actual.

El relato gira alrededor de Marek, un joven pobre y deforme que vive con su padre en un poblacho cerca de un lago, en un feudo gobernado por un noble insensible, egoísta y falto de humanidad, encerrado en su castillo, en lo alto de una colina. Un terrible y mortal hecho lleva al protagonista a formar parte del entorno exclusivo del señor feudal del lugar, haciéndole partícipe de los lujos y abusos de quien gobierna con mano dura, egoísmo y total desprecio a un territorio sensible a la dureza de las estaciones del año que se suceden y en el que se producen los acontecimientos descritos a lo largo de la novela. 

La autora cuenta lo que le sucede al protagonista en su vida pobre y desgraciada a niveles superlativos, mientras éste se encuentra en su camino con otros personajes que ha sido o serán vitales en el devenir de los acontecimientos que tienden a cruzarse con otros hechos que sucedieron en el pasado. Todos ellos, en un conjunto de casualidades o del destino, tienden a converger en un lugar en el que se cierra el círculo de su existencia, definiendo su renacer o su muerte, dependiendo del personaje de que se trate. En todo ello influye una serie de acontecimientos externos, como puede ser la meteorología, la magia, las tradiciones, los mitos, las maldiciones y, como no podía ser de otra manera, la religión como foco de mentira y engaño.

Los personajes conforman un escenario en el que el deseo de medrar y la ambición, chocan entre sí, en una huida al pasado y un conformar, en el presente. Para ello, junto a Marek, algunos personajes toman más importancia en esta historia, que se encuentra situada entre el mundo de tiempos oscuros medievales y la nebulosa de las fábulas. Una vieja maga centra el mundo visionario de todos los protagonistas, mientras muchos de ellos, sino todos, juegan en un macabro juego de desgracias y maldiciones heredadas de hechos pasados que marcan el devenir de su presente y futuro. En todo este micro universo localizado en un punto tan pequeño, pero sobrellevado a algo tan grande e inmenso como es la naturaleza humana, la autora analiza lo más inmundo y sucio de ese inmenso y complejo sobrevivir de nuestra humanidad, llevada a cabo desde la metáfora de sus personajes y localizaciones llevadas a un cuento de brujas.

De lectura a veces algo densa y salpicada de plumazos de magia, mezclados con la más humana inmundicia, la novela de Moshfegh muestra una tenebrosa fábula regada de lo peor de una humanidad llena de egoísmo y vanidad, en la que poco más que pequeños ramalazos de amor y esperanza logran humanizar, con todo lo contradictorio que muestra esta palabra, a unos personajes que se arrastran en aquellas tierras que habitan, mientras transitan en un sueño tenebroso de miedos y esperanzas, de odio y amor, enrabiadamente confuso y miserable. Una novela que no deja indiferente y que exige cierto esfuerzo del lector de turno que quiera ahondar en ella y salir indemne.







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