Escribía a principios de año que ésta nueva sitcom creada por Chuck Lorre, no solo iba a dejar huella, sino que además se salía un tanto de sus producciones anteriores. La primera temporada de El método Kominsky sorprendió, para bien, a propios y extraños por su propuesta y la hizo merecedora de un buen número de premios. Esta segunda temporada no ha hecho sino afianzar un producto lleno de frescura y notable naturalidad. Protagonizada por Michael Douglas, en el papel de un veterano actor propietario de una escuela de actores, y Alan Arkin, como un exitoso representante de actores jubilado, la serie plantea los dimes y diretes que se presentan ante ambos ancianos y amigos
Si la temporada pasada, el fallecimiento de la mujer del personaje de Arkin y cierto problema de próstata del encarnado por Douglas, ocuparon gran parte de los cortos capítulos de la serie, en esta ocasión, otros trances ocuparán sus vidas, adaptando nuevos personajes y situaciones. Por un lado, la hija del personaje de Michael Douglas le presenta a su nuevo novio, un hombre jubilado interpretado por un magnífico y divertido Paul Reiser. Además, en una revisión rutinaria le diagnostican una grave enfermedad, lo que le hará replantearse, en cierta manera, su vida. Por otro lado el personaje de Alan Arkin, se reencuentra con una novia de juventud, interpretada por una fantástica y guapísima Jan Seymour, mientras la relación con su hija, parece recuperar senderos de reconciliación.
"El método Kominsky" se apodera del espectador gracias a sus brillantes diálogos, aparentemente intrascendentes, pero llenos de intención y segundas lecturas. La realidad de la tercera edad de los protagonistas da juego para mil y un giros, adoptados desde la óptica de sus personajes ante la viudedad, la enfermedad, la jubilación, la muerte, la amistad, el amor o el sexo. La vida cotidiana de estos talludos cascarrabias, muestra el camino para ofrecer con plenitud un guión tan fresco como inteligente, algo que la sitúa en la parrilla de las mejores sitcoms de la actualidad. Encontramos una segunda temporada incluso superior a la primera entrega, con el añadido de contar con dos nuevas incorporaciones de altura, que ofrecen nuevas tramas y notables interpretaciones. Bien por Paul Reiser y Jane Seymour, porque la madurez y las arrugas planteadas en esta serie, son signo de belleza y plenitud artística.
No la he visto! La recomiendas???
ResponderEliminarUn saludoOo enorme!!
Muchísimo
Eliminar¡No me da la vida! Para ver tanta serie, jaja.
ResponderEliminarBesos.
Pues esta serie se ve en un plis plas. Son capítulos de 25 minutos, si llega... dale una oportunidad.
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