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martes, 10 de enero de 2017

"The Crown" - Temporada 1

La figura de la reina Isabel II de Inglaterra es la protagonista de esta serie coproducida en EEUU e Inglaterra y distribuida por Netflix. Con cierto regusto a las producciones de la BBC y profundizando en la vida institucional y familiar de la familia real, esta primera temporada trascurre entre la boda de la princesa Isabel en 1947 y alrededor de 1956, cuando estalla la crisis con Egipto y el canal de Suez. Aproximadamente 10 años, ya que parece que el deseo de las productoras es realizar una temporada por cada década del reinado de Isabel II.
La serie goza de una factura sobresaliente tanto en la ambientación, como en las interpretaciones. Con gran respeto por la protagonista, que siendo muy joven debe tomar el timón de la corona británica, esta primera temporada tiene la capacidad de ahondar en la vida privada de su familia, desde la figura paternal y cercana de su padre Jorge VI, la lejanía de su madre Isabel, la sombra alargada y también cercana de su tío Eduardo, su marido Felipe, no siempre cómodo en su posición de consorte, su rebelde hermana Margarita y como no, en esta primera temporada, la gran presencia de Churchill, maravillosamente encarnado por un acertadísimo John Lithgow.
 Cada capítulo toma un hecho importante para la vida de Isabel, aportando por medio de flashbacks, momentos de su juventud todavía en vida de su padre, por el que profesaba un gran cariño. Los vaivenes provocados por la abdicación de su tío Eduardo junto a una guerra larga y tortuosa y la posterior muerte del rey Jorge VI, hacen que la joven Isabel se enfrente como reina a su país, su gobierno al mando de Churchill, pero acosado por su propio partido y, a una familia a la que le cuesta afrontar la nueva situación.  Frente a esta presión, Isabel, interpretada por una contenida y creíble Claire Foy, debe tomar decisiones que hacen traicionar su autentico sentir, afrontando su responsabilidad como reina frente a la querencia de la familia o sus propios deseos personales.
Los diez episodios de los que consta la primera temporada conforman no solo un conjunto sino que también, de manera independiente, presentan al espectador un asunto, una trama, que aunque bien ligada con sus anteriores y posteriores capítulos, puede funcionar con independencia, reflejando rasgos, peculiaridades y situaciones que han ido conformando la personalidad y el reinado de Isabel. Su perfil de producción elegante, cuidada al detalle y muy fiel a la historia, junto a la dirección de actores y actrices, la sitúan, en mi opinión, como una de las grandes series del año. Una auténtica gozada para la vista.


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