John Sturges dirigió en 1963 esta gran producción y épica película que relata la planificación y huida de un grupo de oficiales aliados de la aviación de un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de los factores importantes que hacen de ella una película de altos vuelos es su extenso y cualitativo elenco de actores. Steve McQueen, James Garner, Charles Bronson, Richard Atterenbourgh, James Coburn, James Donald, Donald Pleasence, son algunas de las estrellas que hacen de esta película especial. Lo curioso del tema, es que el film está basado en los hechos reales sucedidos en 1943 y 1944.
En realidad se basa en un campo situado en Silesia, llamado Stalaft Luft III, dirigido por miembros de la Luftwaffe alemana, del que escaparon alrededor de 80 oficiales de la Real Fuerza Aérea Británica. En este recinto se encontraban miles de oficiales retenidos y anteriormente a la huida, ya se habían descubierto gran cantidad de túneles dispuestos a servir de vía para salir del campo de prisioneros. John Sturges, homenajeó a estos hombres en su film, elaborando un estupendo guión en el que la organización comandada por el oficial llamado X, encarnado por Atterenbourh, prepara a lo largo del año 1943 el plan para sacar a más de 200 hombres. Para ello, se prepara una red de conseguidores, sastres, falsificadores, ratas de túnel, equipos de distracción, para lograrlo. A pesar de la construcción de un campo anti huidas, Sturges, desarrolla la planificación, aprovechándose de la inteligencia de los aliados y la ineptitud de las alemanes.
El director realiza la película con gran comicidad por parte de los actores en sus respectivos papeles, sin olvidar el dramatismo de la situación de llevar muchos años prisioneros y de la necesidad de algunos de lo prisioneros por escapar, ante la desesperación de su encierro. Además, tampoco se olvida de plasmar las consecuencias terribles de su huida, sobre todo al tratarse de un campo situado en territorio alemán, lo que provocaba la nula colaboración de la población y la participación directa en su búsqueda de la policía nazi, la Gestapo, lo que provocó en algunos casos de terribles consecuencias para sus protagonistas. Sin embargo, no podemos olvidar que estamos ante una superporducción de aventuras, e interpretada por grandes estrellas. Testimonialmente y frente a la gran mayoría de actores británicos, Sturges, incluye en el film a tres pilotos norteamericanos como prisioneros del campo. Con ello provoca la inclusión en el casting de dos de actores de nivel del país yankie, como son Steve McQueen y James Garner, que son las que encabezan el cartel de la película. Son muchas las escenas míticas del film. Los avances en los túneles, el descubrimiento nazi de uno de ellos, la huida en moto de McQueen, la labor de falsificación de Pleasence, la celebración de los americanos del 4 de julio... y tantas y tantas.
Solamente estuvo nominada al Oscar al mejor montaje. No se puede entender el olvido en los premios de una magnífica e imperecedera banda sonora, compuesta por Elmer Bernstein, sin duda una de las más conocidas y tarareadas de la historia del cine. Estamos ante una de las películas de referencia de la Segunda Guerra Mundial del cine, en la que se mezcla aventura, organización, planificación y algo del drama que sufrieron los prisioneros aliados en la guerra. Si bien, el trato que sufrían no era muy malo y la Convención de Ginebra se solía cumplir, las consecuencias del deber de un oficial de huir e intentar provocar la mayor número de molestias a su enemigo, fueron letales para más de uno de ellos. Una película que hay que ver y disfrutar siempre que se pueda. Una obra maestra del cine clásico de aquellos años.
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