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jueves, 12 de junio de 2025

"The Pitt"


¿Quién no ha visto alguna en su vida algún capítulo de la serie de los noventa Urgencias? Sin duda aquella producción que nació en el año 1994 y se extendió a lo largo quince temporadas, nos acompañó a toda una generación en ese ir y venir continuo de pacientes accidentados por las salas de urgencias del Hospital General de Chicago. Solo con nombrar a George Clooney como referencia resulta más que convincente su presencia en una de las series de aquella década. También te diré, que los dimes y diretes románticos y sentimentales me pesaron mucho hasta decidir en un momento dado abandonar una serie que quizás se alargó mucho en el tiempo, henchida de su propio éxito. A quien sí que recordaréis es a un jovencísimo Noah Wyle en su papel de un médico en el comienzo de su carrera médica, hasta el punto que, sin ocupar en su inicio un papel principal, terminó alzándose como uno de los preferidos de los espectadores y ocupando uno de los papeles principales de la serie.
Pues bien, quince años después, el que fuera uno de los guionistas de la serie, R. Scott Gemmill, se presenta como creador de la serie The Pitt, cuya trama gira alrededor de las quince horas de guardia del servicio de urgencias de un hospital de Pittsburgh. Quince horas desarrolladas en tiempo real a lo largo de quince capítulos de una hora de duración cada uno. Y no es casualidad que el jefe del equipo de día sea el personaje que interpreta un veterano Noah Wyle. De esta manera todo encaja, y aunque no represente el personaje de Urgencias, es inevitable trasladarnos a aquella serie y a la vida del médico protagonista quince años después. Simplemente, añadiré que parece que a Michael Crichton, creador de la serie de los noventa, no le ha hecho mucha gracia ver el resultado de The Pitt y parece que hay denuncia presentada en los juzgados estadounidenses. Pero solo quédate con esto: Nos encontramos con una muy acertada reinvención del género que merece mucho la pena.
Lo interesante de la serie que hoy reseño es la inmediatez con la que se sucede todo en la sala de urgencias del hospital, en la que se juntan la problemática de atender a los pacientes que llegan con urgencia, gestionar las salas de espera llenas hasta arriba de casos menores pero necesariamente pendientes de atender, la relación entre los profesionales de un equipo bien avenido y cohesionado y la entrada de tres primerizos de medicina en urgencias, quienes se enfrentan a tener que ganarse un puesto, no errar en exceso en su dictámenes y entrar con buen pie en el equipo de Robby, el jefe de urgencias de día, interpretado por Wyle. Pilar primordial de la serie, Wyle es un médico con experiencia, pero también con un toque innato de humanidad, demostrado no solo con sus pacientes sino también con sus compañeros, a los que tampoco ahorra alguna regañina que otra si así fuera necesario. En este ambiente los casos urgentes se van presentando en el hospital y conforme avanza la serie vemos las fortalezas y debilidades de todos y cada uno de los componentes del equipo. Por supuesto, la serie no olvida tratar las necesidades y los problemas inherentes a la sanidad en los EEUU, fondo dramático sobre el que se asienta gran parte de esta serie.
Los personajes de la serie están muy bien construidos, aunque es cierto que observo en los novatos ciertos estereotipos inevitables, que se van perfilando conforme avanzan los capítulos. De los demás, todos notables desde el más secundario a los principales, me quedo con el papelazo de Dana la coordinadora de la sala de emergencias, interpretada por una fantástica Katherine LaNasa y, por supuesto, por el grandísimo trabajo de Wyle, encarnando a un veterano curtido y también herido por ciertos traumas sufridos en la dramática pandemia de la COVID. Ya lo iréis viendo en la serie si todavía no la habéis visto. La temporada llega a su cúspide con la gestión de la llegada de los heridos en un atentado en un concierto de rock, momento en el que se plasma  a las mil maravillas la manera de gestionar el equipo humano de urgencias, los materiales y equipamientos necesarios, como si se tratara de una hospital de guerra. Todo ello perfectamente equilibrado entre los factores médicos, por momentos deslumbrantes, y los factores humanos de los protagonistas médicos, enfermeras y auxiliares, todos y cada uno de ellos indispensables en el funcionamiento de las urgencias del hospital. En definitiva, una gran serie con un gran fondo y forma en su dirección, interpretación y generación de microhistorias que se ensamblan entre ellas con bastante coherencia.


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