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jueves, 10 de octubre de 2024

"The Capture" - Temporadas 1 y 2

La primera temporada de esta serie británica comienza con la celebración de una resolución exculpatoria de un soldado, juzgado en Londres por la muerte de un prisionero durante la guerra de Afganistán. Las pruebas aportadas por la fiscalía se sustentan en el video grabado por la cámara personal que llevan las tropas en combate en el extranjero. La defensa del soldado demuestra que el joven disparó en defensa propia, gracias a que muestran ante el tribunal que hubo un error temporal en la grabación. En la fiesta posterior a la sentencia, el soldado acompaña a una de sus abogadas hasta la parada del autobús, en base a una potencial relación entre ambos. Sin embargo, horas después se acusa al joven de haber golpeado y matado a la abogada, en base al visionado de una de las cámaras de seguridad que vigilan las calles de la capital inglesa. Lo raro es que el protagonista defiende nuevamente su inocencia a pesar de las grabaciones que le inculpan.
The Capture cuenta y desarrolla el terrorífico universo de la manipulación de imágenes y grabaciones realizadas por los poderes fácticos, ya sean gobiernos o empresas tecnológicas, con la intención de obtener beneficio propio con la excusa de blindar la defensa nacional, la seguridad de los ciudadanos o la presencia de intereses extranjeros, potencialmente peligrosos y no deseados. El problema que nos presenta la serie es que para conseguir este fin se coarta la libertad individual, la presunción de inocencia y los principios democráticos más importantes de occidente. Los capítulos transcurren con inteligencia, transportando al espectador, bien es verdad utilizando con cierto abuso trampantojos y engaños argumentales, en la búsqueda de la verdad liderada por una agente británica interpretada por Holliday Grainger Durante su investigación, resulta baqueteada por las mentiras y los vaivenes provocados por sus superiores, quienes conocen de la existencia de un programa secreto de IA. Además la intromisión de grupos de presión no gubernamentales y la entrada en juego de la imprevisible CIA, cuyo agente principal interpreta un interesante y ambivalente Ron Perlman, terminan por completar una conspiración bastante compleja. 
Si la primera temporada afronta la intervención de este programa secreto para el uso en la consecución de pruebas dirigidas a obtener una sentencia más o menos beneficiosa para los intereses de este departamento del gobierno, la segunda, recientemente estrenada, da un paso de gigante al proponerse manejar los intereses del gobierno frente a una supuesta implicación de China en el supuesto intento de socavar la defensa nacional y gobierno del país. En este caso, el manipulado, es un miembro del gobierno, precisamente el ministro de Seguridad Nacional. De nuevo la agente interpretada por Grainger se ve implicada en este caso, al haber aceptado bajo presión formar parte de la organización que maneja los hilos del programa secreto, dirigidos por los personajes que encarnan de nuevo, Ben Miles y Lia Williams. Nuevamente, la alargada sombra de la CIA está protagonizada por Ron Perlman. De nuevo, la temporada deja algunos cabos sueltos a lo largo de sus capítulos. Sin embargo consigue atrapar al espectador por esa apuesta terrorífica y desasosegante sobre la implicación y manipulación de imágenes, ahora, a tiempo real. No te dejes engañar, no existe ni un poco de humanidad en algunos de los personajes que incluso, terminan engañando en algún momento al espectador. Este el el quid de la serie, que nada es creíble.
El carácter de thriller que se propone en la serie, ayuda a dejar pasar por alto ciertos agujeros argumentales y algunas explicaciones inexplicables que propone la trama, siempre y cuando se apueste por el entretenimiento y la verdadera cuestión que se plantea en esta producción, que es la terrible inseguridad en la que se encuentra el mundo actual ante las potencias tecnológicas en su búsqueda de la acumulación de datos para lograr la desinformación y la obtención de poder, ya sea en el inabarcable mundo de internet, las plataformas y aplicaciones, o todavía más peligroso, la obtención de poder en gobiernos y estados, con vistas a obtener beneficios y líneas de gobiernos partidistas. Lo que se propone, en definitiva, es que nuestra libertad de decisión está siendo manipulada por los hilos que manejan quienes juegan a este peligroso, lucrativo e ideológico juego. Esta es la esencia de una serie entretenida, desequilibrada y tramposa en la evolución de las tramas, pero muy potente en cuanto a su actualidad, unido a esa aportación de thriller que la hace solventemente interesante.








 

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