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lunes, 28 de octubre de 2024

"Cuando el hielo deje de crujir" - Santiago Díaz Morlan

Antes de publicar su novela Lloverá tierra seca sobre Annual, finalista del Premio Hislibris a Mejor Novela Histórica en castellano de 2023, Santiago Díaz Morlán había publicado en una editorial de autoedición una novela localizada en el Imperio Romano del siglo V d.C. Visto el éxito del libro ambientado en Annual, Ediciones Pàmies no ha dudado un segundo en publicarle este año aquella novela. La trama se sitúa entre los años 406 y 410 d.C. años convulsos en los que se produce la invasión de los suevos, vándalos y alanos en su cruce del Rin, surge la autoproclamación de Constantino III comandando sus legiones de Britania frente al actual emperador de Occidente Honorio establecido en una Rávena inconquistable, y se produce el levantamiento definitivo de los visigodos bajo el mando de Alarico, quien termina saqueando Roma.

La novela gira alrededor de dos personajes principales. Por un lado, Quinto Flavio Julio, magister militum praesentiales en Augusta Treverorum. Por otro, Licia, hija del senador romano Marco Fulvio, esposada con un noble que también vive en aquella ciudad de la Germania Inferior situada a orillas del río Mosela. Ambos mantienen una relación prohibida cuando se produce la invasión de las tribus que cruzan en el invierno del 406 d.C. el río Rin. El destino hace que sus vidas se separen, mientras las conspiraciones surgen a su alrededor en el transcurso de aquellos años de división y guerras. Ella huye hacia Hispania, donde vive un tío suyo, mientras él, tras ser derrotado por los invasores, huye a Rávena para reunirse con Estilicón, mano derecha de Honorio, emperador de Occidente. Cada uno, en su camino, nos muestra las circunstancias que suceden en aquellos años, en un conjunto de implicaciones en las que se sitúan casi como meros espectadores.

A estos personajes principales se les suman unos cuantos, no pocos, secundarios, algunos de los cuales acompañan a lo largo y ancho de la novela a los dos protagonistas, mientras otros, aparecen y desaparecen en determinados momentos de la misma, aportando distintas visiones de la realidad de lo que va sucediendo a su alrededor. Por ejemplo, resulta muy interesante la aparición de Gerontius, general del autoproclamado Constantino III que, al acudir a Hispania en favor de su señor, instaura años después a un tal Máximo a la púrpura de emperador. Pues bien, este personaje es uno de los que se entrecruzan, con cierto acierto, en el viaje y transcurrir de los protagonistas a lo largo de la novela. Otro de ellos es Alarico, líder de los visigodos, quien en su afán y deseo por ser reconocido como parte de la estructura militar de Roma y en una búsqueda infructuosa por lograr tierras donde asentar a su pueblo, se ve en la situación invadir Italia y, finalmente, saquear Roma. Estos son solo dos ejemplos de una serie de personajes históricos, a los que hay que unir emperadores, senadores, nobles y militares, que deambulan a lo largo de la novela guiados por el trasiego y los movimientos de Quinto y Licia.

Santiago Diaz escribe una novela de extensión media, cuatrocientas cincuenta páginas, en base a una narrativa fundamentada en largos párrafos, escasos diálogos y frases compuestas, acompañadas de un extenso vocabulario, quizás engalanado con un exceso de adjetivos. Este uso de extensos párrafos recuerda en cierta manera al estilo de las clásicas novelas históricas, en una apuesta preclara por no caer en el abuso de diálogos extenuantes y llenos de discursos pretendidamente educativos a nivel histórico, de uso tan abusivo por parte de gran parte de la novela histórica actual. Si bien en algunos tramos se pueda atragantar la narrativa pausada del autor, creo que en su fin logra atrapar al lector dispuesto a leer con calma y atención la novela. Es cierto que en algunas fases de la trama, Santiago pretende dar alguna que otra lección de historia para situar al lector en la época de la que habla, pero también es verdad que estos momentos son los menos, y entre sobresalto y sobresalto, salidas y entradas de distintos actores y la evolución de las tramas, el autor consigue ensamblar una coherente e interesante novela histórica. Bien es cierto también, que hay que reconocer que éste fue primer libro, y que, en su segunda propuesta, la dedicada al desastre de Annual, su narrativa ha evolucionado a mejor y resulta más equilibrada.

En definitiva, Santiago Díaz realiza una interesante novela sobre uno de los momentos claves en la historia de Roma, mediante la que consigue, en general, transmitir al lector la historia de los dos personajes principales, en un contexto que se muestra con la suficiente capacidad como para trasladar con cierto acierto, los entresijos de aquellos años de traición, invasiones, violencia y profundos cambios históricos. Tal y como dije, tras leer su segunda novela, sigo pensando que este autor merece un seguimiento cercano por parte del aficionado a la novela histórica. 




 

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