"El muro" - Adrian Goldsworthy

 

Sexta entrega de la serie de novelas firmadas por el novelista e historiador británico Adran Goldsworthy y protagonizadas por el centurión de origen siluro, Flavio Ferox. De título El muro, os podéis imaginar que el protagonista regresa, después de un par de novelas, a su Britania natal, para encontrarse con la próxima construcción del conocido como Muro de Adriano. Un nuevo enfrentamiento con pueblos del norte comandados por un no tan desconocido líder acompañado de una enigmática mujer, volverá a llevar la guerra a unas tierras bien conocidas por los lectores de Goldsworthy. Pero vayamos por partes y situemos al lector en la novela. 

Tras años de estancia en el continente, formando parte de dos campañas iniciadas por el emperador Trajano, tan importantes como son las enfrentadas contra los dacios y contra los partos, Flavio Ferox regresa a tierras britanas junto a su mujer candidata a reinar sobre el pueblo de los brigantes, a una geografía fronteriza que conoce bien. Las tropas romanas han disminuido mucho en su número, a cuenta de enviar más y más legionarios a las campañas de un Trajano, próximo a morir. Una serie de incursiones en el norte de las posesiones controladas por Roma ponen en alerta al centurión. Muerto el emperador hispano, el gobernador de la provincia inicia una ofensiva con la intención de agradar al próximo emperador en ciernes, Adriano, hecho que pone en grave riesgo la posición de los romanos en la Britania, con la formación de un ejército débil y no especialmente preparado para la guerra. Como consecuencia de la campaña militar, surge el proyecto de construcción de un muro que una la frontera norte de costa a costa, mientras el destino del protagonista se fragua en un lance decisivo para su vida y la de sus seres más queridos.

Pues bien, Goldsworthy ofrece una emocionante novela en la que nos traslada al momento preciso del cambio de emperador en Roma, como fondo de escenario de los sucesos acaecidos en la provincia de Britania. Mientras y, como ya nos tiene habituados, nos lleva tras las huellas de Flavio Ferox, en su personificación de un micro universo fusionado entre los romano y lo britano, que juega en el enredo de los pactos y traiciones de aquellos pueblos norteños con el Imperio, en una tierra en la que unos pocos fuertes y posiciones defendidas por unos pocos legionarios, buscan proteger aquella frontera lejana. 

El autor reconstruye en la novela los hechos protagonizados por los personajes creados exprofeso para ello, colocándolos inteligentemente en aquellas tierras y durante aquellos años en los que se supone fueron años de tensión y levantamientos, hechos que parece ser, forzaron la construcción de un muro plagado de torres y fuertes defensivos. Goldsworthy construye a las mil maravillas un entorno de emboscadas, conspiraciones y batallas, magníficamente desarrolladas en un ritmo que atrapa al lector sin remedio. Todo ello, dirigido en parte, a plasmar en la novela el proyecto y construcción de aquel ejercicio defensivo que en la actualidad llama tanto la atención propios y extraños. 

Es aquí cuando los conocimientos del historiador, experimentado y especialista de primera mano en todo lo que tiene que ver con el Muro y sus características, son utilizados a la perfección para soportar la parte final de la novela, encuadrada en las fases iniciales de su construcción, sirviendo de escenario privilegiado para mostrar al lector uno de los momentos claves de la novela. La emoción de la trama se mezcla con la erudición mostrada por el historiador quien,  al final de la novela, aprovecha para introducir, en una corta pero aclaratoria nota histórica, la escasa información que se dispone sobre los asentamientos romanos en Britania y su relación con los pueblos nativos, más allá de algunas referencias localizadas en fuentes originales y, sobre todo, gracias a los datos aportados por yacimientos arqueológicos y algunos movimientos y decisiones comprobadas históricamente por Roma.

El Muro, cierra a la perfección esta segunda trilogía protagonizada por el centurión Ferox, y demuestra que Goldsworthy, como venía aventurando en referencia a su anterior novela, se encuentra ya más que asentado en este género. La cuestión es saber si continuará o no con la serie de novelas de Favio Ferox. Estaremos a la expectativa.