"Castillos de fuego" - Ignacio Martínez de Pisón

Localizada sobre todo en Madrid entre los años 1940 y 1945, la última novela de Martínez de Pisón nos presenta un caleidoscopio de personajes enfrentados a los designios del país tras la victoria de Franco en la Guerra Civil Española y la situación de todos ellos, en mayor medida, relacionados con un partido comunista perdedor y perseguido por el régimen del vencedor. Bien es cierto que, también encontramos algún personaje, no poco importante, relacionado con el brazo del poder, ya sea como miembro de la Falange o de la policía franquista. Pero en definitiva, todos ellos, hombres y mujeres, se enfrentan a los vaivenes del poder en un país recién salido del conflicto, en el que la vida cotidiana en la capital, se sumerge en un complejo universo de relaciones políticas y sociales, mientras muchos miran el transcurrir de la 2ªGM en Europa.

El autor, con un marcado estilo costumbrista, heredero de los mejores escritores que nos han descrito durante décadas la vida en Madrid, desde los grandes Pérez Galdós y Baroja, hasta la inolvidable Almudena Grandes, nos sumerge, sin prisa pero con mano segura, en la vida y dificultades de un buen puñado de ciudadanos madrileños, que sufren de alguna manera, la mano de hierro del régimen de Franco. También muestra al lector, el resbaladizo suelo de quienes apoyaron el levantamiento frente a las decisiones de quienes en el poder deciden quien es molesto al régimen. Pero sobre todo, esta es una historia de perdedores. Los perseguidos y sus familiares ven la inseguridad y el miedo a cada paso que dan en su vida, mientras no pocos de ellos se juegan la vida con la esperanza de ver resurgir un comunismo que aparece como único oponente de cierto nivel, al surgimiento del fascismo y nazismo en toda Europa. 

Precisamente, esa relación con el partido, con la clandestinidad y el futuro incierto de quien forma parte de ello, cimenta de una manera inequívoca la novela en la que Madrid resulta ser el nexo de unión de todos ellos. Sus calles, plazas, comercios, teatros, cines y mercados salpican una narrativa firme en la descripción de los hechos y de los lugares donde transcurre una serie de relatos vitales, de los que más o menos sabemos el destino al que se dirigen. Mientras la capital de España aparece en casi toda la novela como escenario predominante, también las sierras españolas juegan cierto partido en ese micro universo de quienes deciden lanzarse el monte para esconderse y luchar en las clandestinidad de una naturaleza, que escapa a los ojos vigilantes del gobierno. 

Ese miedo a ser traicionado, esas miradas que parecen vigilar y escudriñar todo lo que los personajes dicen o hacen, juega una parte importante de las tramas entre cruzadas en esta magna novela de casi setecientas páginas. Páginas que se leen como quien sigue un hilo que no quiere soltar, mientras se entrelaza con otros hilos dramáticos paralelos, para conjugar con mucho acierto, un conglomerado de experiencias que nos trasladan a unos años claves para el país y a la derrota incondicional de quienes no quisieron bajar la cabeza ante el régimen dictatorial. Unos por opositores, y otros, más cercanos al régimen, por tener un pasado molesto o simplemente, por no tener los contactos que en aquel momento uno desearía tener. Porque los vaivenes de la cercanía al poder hicieron caer a más de uno, bajo el capricho de un Franco asentado con pie firme, cayera quien cayera.

Martínez de Pisón construye unos personajes magníficamente perfilados en sus sentimientos personales e ideológicos, con sus miedos y deseos, pero siempre en un afán por sobrevivir, en un Madrid aparentemente tranquilo pero supeditado al terror y a la pérdida de la libertad de expresión y de pensamiento. El autor nos transmite cómo las amistades más fuertes a veces se ven traicionadas, mientras otras, aparentemente frágiles duran en el tiempo, en un escenario donde los fusilamientos y la cárcel forman parte del día a día. Todo esto y mucho más, tiene cabida en una novela enorme, bien escrita, que si bien no descubre al lector nada nuevo, sí que nos muestra de manera preclara el perfil de una sociedad, la madrileña, y la fisonomía la ciudad, Madrid, como grandes escenarios protagonistas, junto a sus personajes, de este magnífico crisol ambientado durante aquellos años en los que toda España miraba a Europa.