"Golpe de suerte"

Cincuenta películas, cincuenta, observan la exitosa carrera del cineasta Woody Allen. Su última película, recientemente estrenada, se localiza de nuevo en Europa, debido a la imposibilidad de grabar en los EEUU por los asuntos personales y judiciales del director que todos conocemos. Pero ahora ese no es el tema. Pues bien, en esta ocasión la trama se desarrolla en París, y tiene por protagonista omnipresente a Fanny, una bella joven que trabaja en una casa de subastas y está casada, en segundas nupcias, con un misterioso personaje, sobradamente asentado en la alta sociedad parisina, por causa de sus negocios, de los que apenas sabemos nada. 

La vida de Fanny transcurre tranquila y bien posicionada, aunque también bastante aburrida, al no encontrarse a gusto con el entorno social que comparte su marido, encarnado por un especialmente creíble Melvil Poupaud, quien la adora y trata muy bien, pero de quien se queja por exponerla como si fuera un objeto de su propiedad. A pesar de esto, todo parece funcionar, dentro de esta no tan pequeña imperfección en la vida de un matrimonio aparentemente perfecto. Sin embargo, todo dará un vuelco por aquello del azar o de un golpe de suerte. Fanny se encuentra en las calles de París con Alain, un excompañero de instituto de cuando estudió siendo adolescente en los EEUU. 

Es a partir de aquel momento cuando, en la mente y los sentimientos  de la protagonista, aparece aquello que todos hemos pensado alguna vez, diciendo en nuestros pensamientos... y si... Ese azar, ese golpe de suerte, esa casualidad, resulta ser el cimiento sobre el que Allen construye esta historia, cercana en su concepto, a la aclamada Match Point, subrayando a lo largo de sus diálogos y situaciones desarrolladas, los dimes y diretes consecuencia de ese sorpresivo encuentro. Desde un inicio, pasando por su cuerpo narrativo, hasta su finalización, la suerte de los protagonistas juega como un personaje más, en un afán de mostrar al espectador los diferentes destinos que la vida puede tomar según qué decisiones se hayan tomado en el correr de los años. Y lo hace sin identificar específicamente la bondad o la maldad de sus consecuencias, sino más bien, localizando en aquellos hechos, la suerte, sea mala o buena, según se mire, pero siempre creando unas consecuencias incontrolables sobre quienes pone el objetivo de sus análisis.

Como decía, la comparación con la trama y el fondo dramático de Match Point es obvia, pero hay que dejar bien claro que la película que hoy reseño, no alcanza el nivel argumental ni la estructura dramática de aquella magnífica propuesta. Digamos que juega en otra liga, resultando menos efectista, menos tensa, menos compleja, aunque también aportando un tanto de suspense, un interesante guion, un drama humano y sentimental interesante y, sobre todo, la estupenda interpretación de su protagonista, la actriz Lou de Lâage. Golpe de suerte es una de esas películas tan bien presentadas a las que estamos acostumbrados por Woody Allen. La música que acompaña su metraje, los rincones parisinos, apenas media docena, la elegancia formal de sus personajes, y una historia profundamente humana, completan un buen resultado, quizás, por encima de la media a la que nos tenía acostumbrado últimamente el director. Por cierto, no os perdáis al aparentemente secundario personaje de la madre de Fanny, interpretada por Valérie Lemercier, crucial para la resolución del film. Yo, particularmente, la he disfrutado mucho, y espero que Allen siga compartiendo con los cinéfilos, su cine de marca, tan elegante, tan personal, tan Woody Allen.