Sin ninguna duda estamos ante uno de los estrenos más perturbadores del cine de terror de este año. Esta producción noruega, dirigida y escrita por Eskil Vogt, no dejará impasible a nadie que la vea por su nueva y terrorífica visión del universo de los super poderes y su relación con la infancia. Nos encontramos ante una película valiente, dura y especialmente cruel, por el planteamiento y la frialdad con la que el director afronta la respuesta de unos críos ante la capacidad de manejar ciertos poderes.
En una agrupación de casas de un barrio, se encuentran una serie de críos que por diversas razones no han podido salir de veraneo con sus padres, quienes por su situación personal o laboral han decidido permanecer en la urbanización en la que viven. Poco a poco y con la inocencia que caracteriza a los protagonistas, unos niños y niñas que tendrán alrededor de 8 o 10 años, van descubriendo de la manera más tonta, como son poseedores de lo que parecen ciertos poderes fuera de lo común. Todo empieza como un juego a la hora de explorarlos y compartirlos entre ellos. Sin embargo, los sentimientos que les afluyen en el descontrol típico de una edad en la que no diferencian la realidad del juego propio de sus años, les lleva a adentrarse en una serie de pequeños actos aparentemente inocentes, que, poco a poco, irán descontrolándose en la figura de uno de los protagonistas.
El director de esta película noruega traspasa la profunda línea roja del uso de la violencia desde la visión de unos niños, con una frialdad que espanta, en base a los profundos sentimientos de amor y odio que se generan sin control, en los cerebros infantiles e inmaduros de sus protagonistas, quienes muestran sus sentimientos a través de sus actos incontrolados. El bien y el mal no se definen en sus mentes, donde cualquier pequeño acto puede desencadenar consecuencias irreparables. Además, Vogt nos plantea la importancia de la educación y el entorno familiar de los hijos en edades tan jóvenes. Cualquier desequilibrio en la familia o disfuncionalidad no controlada, puede provocar daños en la personalidad de aquellos niños y niñas. Imaginaos este tipo de situaciones cuando resulta potenciada por un poder que va más allá del control de las posibles consecuencias provocadas por un inocente juego.
Esta película, donde la ficción se enmarca con mucha seriedad en una narrativa que nos muestra una trama sobrenatural, se inserta con inteligencia en una sobria puesta en escena, tan aparentemente real como estremecedora. La atmósfera creada, acompañada de una cámara que se inserta en la cotidianeidad de aquel verano, resulta deudora del mejor Shyamalan. Lo terrorífico de lo cotidiano y de aquello que deviene como inexplicable, juega con el escalofrío provocado por el protagonismo de los niños y niñas, acierto arriesgado que potencia el desarrollo y la trama de esta super recomendable película que recibió una mención especial en el Festival de Sitges de 2021. Por cierto, magnífica la interpretación de todos los niños y niñas participantes... Absolutamente creíbles y por lo tanto, aterradoramente perturbadores.
Muy reseña. La vere este fin de semana. Ya te contaré.
ResponderEliminarSaludos!
Espero que te guste como a mí. Puede resultar bastante desasosegante. Pero es diferente y eso cuenta.
EliminarMe gustado mucho. Se agradece que se salga de lo común.
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