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lunes, 15 de mayo de 2023

"Los ladrones de libros" - Anders Rydell

Todos tenemos grabadas en nuestra mente las imágenes de la quema de libros que se realizaron durante la Alemania nazi. La censura y la destrucción de obras escritas y editadas por judíos, transcendieron en el tiempo y quedaron como una impronta imborrable de la destrucción y los desmanes realizados contra la cultura en general, en aras de satisfacer y engrandecer la imagen soñada de la gran Alemania de Hitler. Sin embargo, los libros y las bibliotecas saqueadas y robadas durante el III Reich, primero en Alemania y después en los países conquistados por los ejércitos alemanes, superaron con creces aquella impactante destrucción de libros.

En su afán por destruir toda seña cultural y la historia de a quienes querían ver erradicados de la faz del mundo, los alemanes extremaron sus esfuerzos en hacerse con las bibliotecas, públicas privadas, y reunirlas estratégicamente en lugares del territorio alemán donde pudieran ser guardadas y estudiadas por aquellos equipos de personas destinados para ello, dentro de la gran estructura gubernamental y militar construida para y por el III Reich. Para ello, Anders Rydell ha realizado un recorrido por todo Europa, visitando las bibliotecas que tienen entre sus fondos restos de aquellas grandes y ricas bibliotecas que, en un momento dado, embarcaron en largas filas de vagones de tren y, tras su saqueo y expolio, acabaron en lugares lejanos, en ocasiones a miles de kilómetros de su origen. Algunas personas, bibliotecarios, puros ratones de bibliotecas, se han dedicado en cuerpo y alma a investigar, seguir las pistas y recuperar aquellos libros buscados, realizando muchas veces auténticas investigaciones más parecidas a las realizadas por un detective, que a las propias de un bibliotecario. Desgraciadamente, y tal como desgrana en sus viajes y visitas el autor, miles, millones de libros todavía permanecen desperdigados, incluso atrapados y escondidos, como en el caso de los que se encuentran en la actual Rusia de Putin, lejos de sus hogares y estanterías de donde se guardaron y recopilaron con autentico interés, por salvaguardar lo que tan ricamente atesoran tantos de ellos.

Los alemanes invirtieron medios, esfuerzos y personal para logar acaparar aquellas bibliotecas, entre las que se encontraba los cimientos y el pasado de la historia, no solo del pueblo judío y sus ramificaciones europeas, sino también la obra de grandes literatos de origen judío y eslavo. Si bien, el expolio alemán fue inmisericorde en Europa Occidental, el realizado en el Este, conforme avanzaban las fuerzas alemanas hacia la URSS, sufrió un viaje sin retorno, al descargase sobre estas bibliotecas de los países de la Europa Oriental, un doble robo al ser atrapadas por las tropas soviéticas durante la gran victoria final sobre Hitler. 

Me ha resultado especialmente interesante la investigación realizada sobre la pugna realizada entre dos de los personajes más oscuros y terribles de la Alemania nazi, como figuras claves en la organización y participación del crimen cultural realizado durante aquellos años en Europa. Heinrich Himmler y Alfred Rosenberg lideraron la búsqueda y captura de aquellas bibliotecas para mayor gloria de Hitler y su plan mundial de exterminio y creación de un universo ario y nazi. El primero, mediante la organización denominada como la RSHA (Oficina General de Seguridad del Reich) en su Sección VII, se dedicada a tareas de carácter «ideológico», entre las que se incluía la preparación y difusión de propaganda antisemita y antimasónica, aunque la preferencia de Himmler estaba dirigida más a áreas cercanas al ocultismo y la brujería. Rosenberg se dedicó específicamente al asunto judío, para lo que creo el ERR, (Personal de Operaciones del Reichsleiter) en su afán por conocer, evaluar, recopilar y manipular la historia cultural judía. Ambos realizaron, a lo largo de su liderazgo, una carrera por aglutinar y apoderarse del mayor número de bibliotecas, hasta el punto de buscar el apoyo directo de Hitler para conseguir sus propios intereses. Para ambos la captación y catalogación de los miles y miles de libros incautados, era de alguna manera, un arma vital para destruir la memoria y cultura de a quienes querían destruir, llevándoles a ambos incluso a confrontarse en una loca carrera por acaparar el expolio que arrasó Europa.

Anders Rydell realiza un exhaustivo seguimiento de las bibliotecas expoliadas a lo largo y ancho de Europa, no solo con el fin de condenar y visibilizar aquellos terribles hechos que acompañaron al exterminio de millones de personas, sino que también, homenajea en gran medida, a quienes se dedican con poco o ningún apoyo gubernamental por reconocer, recuperar y devolver ese patrimonio cultural a los descendientes de quienes fueron expoliados a lo largo de aquellos años que nunca debemos dejar al olvido. 

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