"Smile"

 

Parker Finn es un director estadounidense del que apenas se conocen dos pequeñas producciones cinematográficas. Sin embargo, creo que ha entrado por la puerta grande en el género del terror con la película que hoy reseño. Esta producción está ligada de manera estrecha con películas tan valoradas como Fallen o It Follows. Su protagonista es una psiquiatra que en el momento de tratar a una paciente histérica recién llegada al hospital donde trabaja, es testigo del suicidio de la mujer. Lo más extraño de todo es que antes de morir, la suicida sonrió tenebrosamente a la protagonista, que no es otra que Sosie Bacon, la hija de nuestro querido Kevin Bacon. A partir de ese momento, la Dra. Rose comienza a tener extraños sueños y visiones que la llevan al límite en su salud psíquica y a intentar zafarse de tan aterradoras experiencias, para lo que comienza una investigación a contra reloj.

Estamos ante una propuesta interesante por parte del director, en base a no pocos aciertos, en una actualidad en la que las películas de terror campan sin destino en un mar de sin sentidos y ridiculeces varias. Sin embargo, Parker Finn juega con una trama que sin ser especialmente novedosa en el género, aporta cierta identidad en su propuesta. En primer lugar, llamo la atención en el elegante y contenido uso de la cámara, muy al estilo del fantástico Ari Aster. Las imágenes y los encuadres perfectos fluyen, aportando tensión y misterio a base de movimientos de cámara pausados que solo nos deja intuir lo que nos podemos encontrar alrededor de las escenas a las que nos enfrentamos. En este aspecto creo que es un buen discípulo del ahora gran especialista en el género. A esto suma un interesante uso de la partitura que acompaña la película, con la que consigue meternos en tensión hasta el fondo. Más allá de esto, el director maneja bien la trama, descubriendo al espectador, sin prisa, los misteriosos acontecimientos a los que se enfrenta la protagonista que, por supuesto, alteran su entorno familiar y social. Y siempre, todo ello, presentado con una factura visualmente interesante.

Por supuesto, la peli se acompaña de una serie de buenos sustos, pero no es ésta su máxima apuesta, sino más bien, el camino que  utiliza  la protagonista, bien interpretada por una interesante Sosie Bacon, para buscar una salida a su terrorífico problema. Es aquí cuando los parecidos con Fallen son más que evidentes, sin desmerecer el serio trabajo y la apuesta del director por hacerse un hueco en este inmenso batiburrillo de producciones que buscan poner el bello de punta del espectador. Voy a intentar buscar los dos cortometrajes del director, Creo que merece la pena hacerle un seguimiento para ver por donde va una carrera que puede afianzarse o estrellarse en el complejo universo del terror. Veremos.