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jueves, 20 de abril de 2023

"John Wick 4"

 

Cuarta entrega y última de la saga que hace unos años, allá por 2014, comenzó bajo dirección de Chad Stahelski y recayó en la interpretación de un Keanu Reeves, elevado a los altares a partir de entonces. Wick trama la gran venganza contra la Alta Mesa que, representada por Vincent de Gramont, busca eliminar definitivamente a quien ha colocado entre la espada y la pared a la más alta organización del delito mundial. Este último y salvaje duelo llevará a Wick a reencontrarse con viejos amigos, tropezar con inesperados aliados y viajar, en su búsqueda de venganza, a Berlín y París, tras recuperar su posición dentro de la familia Ruska Roma.

Hay que comenzar diciendo que el personaje de John Wick ha conseguido a lo largo de los años, reunir una gran cantidad de fans que lo han convertido en una figura casi mítica del cine de acción actual. Posiblemente, en esta faceta, sea el personaje más querido del presente cinematográfico. Todos sus seguidores esperábamos con ilusión poder disfrutar de ésta, su cuarta entrega, encarnada por un Keanu Reeves que ha sabido aprovechar la ocasión de poner cara y físico, a este asesino que busca venganza tras lo sucedido en su primera película, la pérdida de su coche amado y la muerte de su perro, recuerdo preciado de su mujer fallecida. ¿Quién nos habría dicho entonces que semejante simpleza de trama iba a conseguir auparse como la más rentable serie de películas de acción de la actualidad? Es indudable que las coreografías en las escenas de acción, el estilo de su director, el glamour que destila la serie y, como no, la implicación total del actor protagonista, han conseguido lo entonces inimaginable. Pero también es verdad, que todo termina por agotarse y llegaba la hora de ir preparando un final de la saga, al nivel de lo disfrutado hasta ahora.

Pues bien, es innegable que esta entrega satisface de sobra las aspiraciones de sus más acérrimos seguidores. La participación de Donnie Yen, Hiroyuki Sanada, Rina Sawayama y Shamier Anderson, sumándose a los clásicos Ian McShane y Laurence Fishburne, copa las aspiraciones de un plantel más que interesante. La trama, siguiendo la misma línea seguida hasta ahora, reordena la situación de Wick para recolocarle, con derecho propio, en un enfrentamiento con quien, en nombre de la Alta Mesa, ha decidido eliminarle. Las coreografías presentadas en los álgidos momentos de acción de la peli superan lo esperado, especialmente en el club de Berlín, absolutamente impresionante, y en las escenas situadas en la casa abandonada de París, con ese enfoque cenital tan espectacular. Si bien, a mí personalmente, toda la escena rodada en las escaleras que suben al Sacre Coeur, se me hizo especialmente larga, sirve bien de presentación al duelo final planteado con el villano, interpretado por un interesante Bill Skarsgard, sobre todo teniendo en cuenta que la película pasa de las dos horas y media. A lo mejor ese epílogo tarda un tanto en llegar, pero bueno, todo se perdona viendo la espectacularidad, en muchas ocasiones exagerada, propuesta en varios momentos del metraje violento y sangriento de la película.

En definitiva, estamos ante un final de saga tan deseado, como disfrutado, en un desmedido, brillante y, por momentos, exagerado conjunto de escenas de acción perfectamente coreografiadas, que elevan a los altares, por los tiempos de los tiempos, a un hito cinematográfico como John Wick, encarnado a la perfección por un inconmensurable Keanu Reeves, quien de la mano del director de la saga, ha sabido, espero, cerrar una serie de pelis que ya pedían su más que acertado final, con tal de no terminar por cansar a un público, eso sí, siempre rendido a sus pies.







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