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jueves, 26 de enero de 2023

"Blonde"

 

Siendo uno de los estrenos más esperados del año 2022 que ya acabó, no podía pasar sin visionar una de las películas de las que más se ha hablado entre críticos, aficionados y espectadores del montón. Basada en la novela de Joyce Carol Oates, Blonde nos presenta la visión que la autora propone sobre la vida de Norma Jeane Mortenson, más conocida como Marilyn Monroe. Antes de comentar este film, diré dos cosas claves para que entendáis mi opinión sobre ella. 
En primer lugar debo alabar por encima de todo la magnífica interpretación de Ana de Armas, nominada al Oscar a Mejor Actriz, quien lo da todo y no esconde nada en cuanto a la vida, relaciones, psicología y al éxito de la malograda actriz. En segundo lugar, no esconderé que la película me ha gustado mucho, en cuanto a su planteamiento como adaptación de la novela de Oates, como por la realización del director Andrew Dominik, como por el mensaje plasmado en pantalla lleno de metáforas referidas a la vida de la actriz y cantante, y su convulso y desgraciado deambular por el estrellato de Hollywood.
El director afronta la película presentando en todo momento a una Marilyn profundamente afectada por la figura de una madre agria, violenta y nada cariñosa, y la figura de un ausente padre al que añora en sus más personales sueños. Esta premisa le pesará a lo largo y ancho de su vida, encaminada a buscar la gloria y el éxito en el Hollywood de los años cincuenta. Los primeros planos de la protagonista dominan un metraje que se alarga más allá de las dos horas y media, ofreciendo y recordando al espectador imágenes de la estrella que todos tenemos impresas en nuestra memoria. Mientras, los demás personajes que aparecen y se cruzan con ella en la película son mostrados por el director más en segundo plano. Si observamos algunos de los diálogos, los planos sobre la Marilyn son primerísimos, enfocando la hermosa y nada casual belleza de Ana de Armas, mientras que en el intercambio de la conversación su contrapartida jamás ocupa la cámara como lo hace ella. 
Conforme avanza la película, y prácticamente desde su inicio, la imagen del mito del Hollywood nos presenta además de momentos icónicos de su carrera cinematográfica, la tristeza de una vida en la que su anhelo en la búsqueda del éxito se acompaña con la necesidad de encontrar una figura paternal deseada y no conocida. Todo esto le lleva a cometer graves errores en cuanto a su vida sentimental y profesional, plagada, siempre según la novela de Oates, de abusos y escándalos sexuales, que le llevaron sin remedio al uso de fármacos y barbitúricos. Y es así como lo presenta su director, sin esquivar la realidad que desea plasmar en pantalla, mostrando casi sin filtro sus relaciones y experiencias. Sus maridos, Joe DiMaggio y Arthur Miller, sus supuestos amantes, Chaplin Jr., Robinson Jr. y John F. Kennedy, aparecen plasmados, con mejor o peor bagaje, en la película, y muestran el ascendiente y las consecuencias de estas relaciones en la vida de la actriz y la dependencia a cada uno de ellos, en su búsqueda de algo que nunca termina de encontrar.
Por lo demás, el film nos demuestra algunas pistas de cómo se manipuló y se vendió su imagen en el mundo del cine, su situación contractual con los estudios donde trabajaba y, sobre todo, el mensaje de mito sexual que las productoras enviaban a los espectadores de la época, en un mundo dominado por los hombres y profundamente machista. Ese transcurrir por la vida y carrera de la actriz se acompaña de no pocos flashbacks y de un buen número de escenas metafóricas que nos dan pistas, casi psicoanalizadas, sobre sus traumas, sueños y desengaños. La sensación que tuve nada más acabar la película fue de profunda tristeza por la mujer presentada en este film. Su vida estuvo llena de desengaños, abusos, mentiras, ilusiones perdidas y sueños rotos. 
Terminaré como he acabado, alabando película y actriz protagonista, en un film que no se me hizo largo en ningún momento, en el que el trabajo de dirección y producción se encuentran en un alto grado de calidad, y que se rodea de un notable elenco, en especial Bobby Cannavale y Adrian Brody interpretando a los maridos de la protagonista. Llamo la atención en una impresionante fotografía y un montaje nada desdeñable, todo lo contrario. Creo que Ana de Armas se merece lo mejor por esta interpretación, no solo por el parecido con Marilyn, sino también por su propuesta valiente en una interpretación que exige físicamente y psicológicamente un gran talento y trabajo de encarnación en la estrella de Hollywood. Bien por ella y bien por un director que, en mi opinión, arriesga con la compleja propuesta en su planteamiento, extensión y mensaje sin filtros. Habrá gente que se sienta molesta con como se presenta la trama, el personaje y sus vicisitudes, pero no será por falta de calidad del film, sino quizás, más bien, por sus propios prejuicios. Quién sabe. Cada uno con sus gustos y punto.






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