Nueva temporada, y van tres, de este thriller policiaco y judical localizado en Boston, producido por Ben Affleck y Mat Damon, y protagonizado entre otros por un gran Kevin Bacon. En esta ocasión el personaje de Bacon, Jackie Rohr, tras ser expulsado del FBI comienza a trabajar como agente de seguridad de un exjefe ya jubilado y montado en el dólar. Rohr descubre un turbio asunto en la casa de su empleador mientras comienza en un romance comprometido con la mujer de éste. Su retorcida y doble moral no evita que investigue el asunto, buscando apoyo en algún excompañero y en el otro gran protagonista de la serie, DeCourcy Ward, ayudante del fiscal del distrito.
Si bien es cierto que el personaje de Kevin Bacon es el pilar principal de la serie, otros personajes completan el plantel de protagonistas de los ocho capítulos con que se completan cada temporada. DeCourcy, interpretado por Aldis Hodge, parece optar al puesto de su jefe en la fiscalía, pero no entra en su juego generado en la elección a Fiscal General y mantiene su lucha interna contra la corrupción policial de Boston. Esta postura lo acerca a Chris Cayse, agente de policía que ha sido testigo de los abusos de poder de algunos de sus compañeros, algo que le provoca más de un problema en el cuerpo de policía y en su matrimonio. No menos importantes son las tramas de las esposas de Rohr y Ward. La primera sigue conviviendo con el personaje de Bacon a sabiendas de sus infidelidades y coqueteos con la droga. El padre que abusó de ella regresa a la ciudad mientras descubre la existencia de un hermanastro desconocido hasta entonces. Mientras, Shioban, mujer de Ward, sigue trabajando en el bufete de derechos civiles enfrentándose, en este caso, a una gran empresa constructora y, por ende, a los sindicatos que manejan la mano de obra de la ciudad.
La serie sigue firme en mostrar al espectador el mundo de la corrupción y delincuencia de una ciudad tan cinematográficamente reconocible como Boston. Los egos, el poder, la ambición y el dinero campan a sus anchas en una ciudad donde la policía está mal pagada, la fiscalía juega a arrimarse a los casos potencialmente más jugosos y las amistades interesadas juegan un rol importante en mantener a oscuras la ley y el orden. Sin embargo un personaje tan conflictivo como el de Jackie Rhor sigue empeñado en mostrar cierto espíritu de justiciero en un entorno donde el alcohol, la droga y su propios intereses copan su día a día. Esto hace que se acerque casi por pura necesidad y egoísmo al ayudante del fiscal, como punto de enlace con cierta idea de la justicia y una posición cercana a la ley.
Aunque la serie muestra ya ciertos signos de cansancio entiendo que continuará ofreciendo alguna temporada más, especialmente en base al gran trabajo empeñado por un Kevin Bacon, sublime en su papel, quizás uno de los mejores y dramáticos de su carrera. Lo demás funciona, en especial, gracias al escenario en el que se desarrollan sus capítulos, la emblemática ciudad e Boston.
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