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jueves, 17 de febrero de 2022

Desperta Ferro - "Felipe II y la anexión de Portugal"

 
La incorporación de Portugal a la Monarquía Hispana en 1581 supuso la culminación de un proceso político que comenzara tras la muerte, el 4 de agosto de 1578, del rey Sebastián en la batalla de Alcazarquivir. Se iniciaba una disputa jurídica que evolucionó hacia una conquista militar, dirigida por tierra por el Duque de Alba y en el mar por el Marqués de Santa Cruz, que se acompaño de un esfuerzo diplomático y por una intensa política de captación de voluntades y de negociación llevada a cabo por los emisarios de Felipe II, encabezados por Don Cristóbal de Moura y por el Duque de Osuna, entre las élites políticas, religiosas y administrativas portuguesas, en donde se garantizaría el mantenimiento de los privilegios, instituciones y estatus del reino. Todo ello ha hecho que se presente este proceso a través de una triple imagen en la que Felipe II "ganaría" Portugal por razones de herencia, conquista y negociación. Con estas elocuentes palabras encabeza el último artículo de este número de Desperta Ferro, D. Félix Labrador Arroyo, catedrático de Hª Moderna de la Universidad Rey Juan Carlos, realizando, casi sin quererlo, un magnífico extracto de lo que depara al lector este completo y destallado ejemplar dedicado a la anexión de Portugal.
En un primer artículo se presenta la situación acontecida en Portugal tras la muerte sin descendencia del rey Sebastián, y la posterior entronización de su tío el cardenal Enrique y posterior fallecimiento, dejando al país en un vacío sucesorio directo al que Felipe II optaba por propio derecho. En los dos siguientes artículos se muestran los preparativos llevados a cabo para acometer la invasión de Portugal. En el primero de ellos se desgrana la operación planeada para realizarla desde tierra y mar, en una operación logística perfectamente engranada en cuanto a la gran concentración y organización de hombres, buques, artillería y provisiones. En el siguiente, extenso y detallado, nos enfrentamos a la conquista en todo su contenido y extensión, culminando en la batalla de Alcántara y la entrada en Lisboa de Felipe II, el 29 de junio de 1581.
El esfuerzo de Desperta Ferro por acercar al lector a este evento de tan grandes dimensiones, hace que se interese por proponer nada menos que cuatro artículos dedicados a los esfuerzos de la Corona Hispánica por ampliar los logros conseguidos en la península, a las islas atlánticas dependientes del reino de Portugal. Todo ello en base a proteger sus rutas con el Nuevo Mundo y hacer valer su poderío naval frente a la ambición, no solo de D. Antonio, prior de Crato, por mantener su corona sobre Portugal, sino también ante Inglaterra y, sobre todo, una Francia ansiosa por ocupar un espacio de poder más allá de lo puramente territorial. Precisamente en el siguiente artículo se profundiza en la posición de Catalina de Médicis y la propuesta francesa por participar en este conflicto, en su afán por asegurar la supervivencia de los Valois en una época de crisis interna en Francia. Dos artículos desarrollan los hechos navales alrededor de las Azores y las dos victorias contundentes logradas por un gran Marqués de Santa Cruz en su enfrentamiento con la flota francesa, en San Miguel y posterior desembarco en las Terceiras, demostrando la tenacidad y el liderazgo indiscutible de D. Álvaro de Bazán. Se incluye un pequeño pero interesante artículo sobre la posición de las Islas Canarias en este conflicto y la influencia sobre Madeira, de la mano de D. Agustín de Herrera y Rojas, señor de Lanzarote y Fuerteventura. Acaba este número con el artículo que firma D. Félix Labrador, en un epílogo necesario y acertado, de este gran número con el que hay que deleitarse en su lectura. ¡Gran trabajo de nuevo por parte de la editorial Desperta Ferro!




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