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jueves, 7 de enero de 2021

"The Crown" - Temporada 4

 

Sin duda la cuarta temporada de The Crown es la que ha traído más expectativas de las entregas que hasta ahora la serie ha ido desarrollado alrededor de la reina Isabel II y la casa de los Windsor. La aparición de Diana Frances Spencer ha provocado no poco interés, especialmente en los no habituales seguidores de la serie y, por lo que parece, también en parte de la casa real británica, según se han filtrado y conocido los negativos comentarios que el príncipe Carlos ha realizado sobre esta temporada.
Si bien es cierto que el compromiso de Carlos y Diana y sus profundas diferencias han marcado la mayoría de los diez capítulos, asunto sobre el que trataré más tarde, también es cierto que se han tratado otros asuntos claves en la vida británica en los difíciles, dificilísimos años ochenta. La presencia del IRA, la problemática en Irlanda y los atentados cometidos a lo largo y lo ancho del país, se resumen en el ataque terrorista realizado sobre un importante miembro de la familia real. Además, en esta temporada, se trata la subida al poder, los once años de gobierno y el inicio de la caída de Margaret Thatcher, monopolizando no pocos titulares de la economía, sociedad y política británica. En este caso, ha sido un acierto contar con la actriz Gillian Anderson, en una profunda y notable interpretación de la conocida como la Dama de Hierro. Una mujer que, sin duda, sorprenderá por la imagen cercana y matriarcal en su vida privada. y de la que tampoco pasan desapercibidos sus continuos roces con la reina. Los problemas económicos de un país presionado por la subida de impuestos, el paro y el cierre de grandes industrias y de la minería, acompañaron a otras decisiones más patrióticas, como la intervención en la Guerra de las Malvinas o la importancia de las reuniones internacionales de la Commonwealth. 
Más allá de estos temas, digamos que además del ámbito público e institucional, también se han ofrecido unos pocos capítulos más volcados en la vida íntima de la familia, a parte del affaire de Diana y Carlos. Por ejemplo, uno de los capítulos más golosos de la temporada esta dedicado al joven que burló todas las medidas de seguridad del palacio de Buckingham, colándose en la habitación de la reina. No se olvida la serie de la princesa Margarita, sus problemas con el tabaco y su inmensa soledad, remarcada por el tenebroso descubrimiento de unas primas de la familia real reencontradas en un peculiar e inhóspito asilo. Esta temporada vuelve a llamar la atención en la burbuja en la que viven los miembros de la familia, hasta tal punto volcados en la caza, sus paseos a caballo o la vida hogareña de sus palacios, que no solo no vieron las consecuencias del compromiso de Carlos y Diana, sino  que además, la propia reina Isabel II, ocupa todo un capítulo en descubrir los defectos y sentimientos de sus propios hijos, para sorpresa de ella misma. En definitiva, estos capítulos más cercanos a la intimidad de sus vidas, me han parecido los más interesantes, como me ha sucedido en otras temporadas. 
Pero vamos al tema principal de la temporada. Los primeros capítulos enfocan el inicio de la relación de Diana con Carlos, y a la oposición de la familia a que el heredero siguiera su relación con Camila Parker, mujer casada y no especialmente dispuesta a divorciarse de su marido, a pesar del amor que Carlos profesaba con ella. Diana sentía admiración por el príncipe y éste se vio empujado a comprometerse con ella, por otro lado, excesivamente joven y por qué no decirlo, con un carácter y personalidad muy lejanos al espíritu de la familia real, a pesar del buen comienzo en el primer  mantenido contacto en Balmoral. Sin embargo, Diana no atendió a dos problemas. Por un lado la profesionalización que significaba ser la mujer del heredero al trono y, por otro lado, en este caso más grave, el total desinterés que Carlos mostraba por ella. Ambos se vieron obligados, estafados, engañados, de alguna u otra manera a construir un compromiso, un matrimonio, que no tenía futuro y derivó en graves problemas de salud en Diana y en un problema de falta de popularidad de Carlos. Con todo, la gran perdedora de esta situación no podía ser otra que una inestable Diana, especialmente por la negativa inicial de Isabel de permitir el divorcio de su caprichoso hijo Carlos, y por la sobre protección que la familia ofrecía al miembro de su familia en contra de una considerada, extraña y en ocasiones rebelde, triste princesa. 
En este caso en particular, los creadores de la serie muestran un sorprendente equilibrio en su búsqueda y objetividad de los hechos acontecidos en la relación de Diana y Carlos, con la aportación de la figura de Camila Parker. Es difícil dirimir culpabilidades y responsabilidades ya que el universo en el que vivían ambos protagonistas era especialmente complejo para ambos. Cada espectador tendrá sus preferencias a la hora de analizar la relación, las infidelidades, abandonos y desprecios. Solo queda disfrutar de la serie, de las interpretaciones y de una producción que sigue regalándonos, capítulo tras capítulo, calidad, calidad y mucha calidad. 




2 comentarios:

  1. Gran entrada. A mi me quedan tres capítulos para acabarla. Pero Mesta costando un poco. A ver si me centro y la acabo.

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    Respuestas
    1. A mi esta temporada no me ha gustado tanto. El affaire Carlos y Diana me cansa una barbaridad. Además Lady Di siempre me ha caído mal... Sorry.

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