Desperta Ferro - "Varsovia 1920. La Guerra Polaco-Soviética"

Nos encontramos con uno de los números más interesantes publicados últimamente por Desperta Ferro en su sección de Historia Contemporánea. Y lo es por la singularidad del conflicto que desarrolla y por su lejanía en cuanto al escaso conocimiento del mismo por el público en general y por la importancia de su resultado para uno de sus protagonistas. La vieja Polonia, castigada y vilipendiada a lo largo del siglo XIX y principios del XX, por fin iba a encontrar cierto consuelo tras la Primera Guerra Mundial y como resultado de esta particular guerra protagonizada, especialmente por la caballería. Pocos años le duraría su independencia, pero los laureles conseguidos aquel año, no se olvidan fácilmente.

Un primer y elaborado artículo presenta la situación territorial de Polonia, recién independizada, y toda el territorio que la rodea, tras la Primera Guerra Mundial. Las fronteras no estaban delineadas en absoluto y Rusia, Ucrania y Polonia entraban en conflicto al más ligero roce, a pesar de la presencia, bajo mando de los aliados vencedores en la guerra, de un ejército alemán que intentaba imponer la paz, en un desbarajuste territorial de tamaña importancia. Mientras la Revolución Soviética estuviera ocupada en destruir al Ejército Blanco la situación se mantenía estable. Sin embargo, la intervención de una alianza entre Ucrania y Polonia por liberar Kiev del bolchevismo, fue el detonante al que Lenin y el Ejército Rojo no tardaría en responder, a primera vista, de manera imparable. Precisamente, tres artículos de este número, están dedicados a las operaciones militares que ocuparon el periodo que ocupó la guerra. En ellos se detallan punto por punto los movimientos atacantes y defensivos de las caballerías polacas y rusas, así como los aciertos y errores de unos y otros. Llama especialmente la atención el punto culminante que al parecer dio al traste con la invasión soviética. Todos los expertos coinciden en culpar a Stalin, jefe de las fuerzas del sur, en dividir sus esfuerzos en el ataque hacia Leópolis, lo que propició la recuperación y retirada ordenada de los polacos, quienes supieron luego, copar a las fuerzas rusas desde el sur.

Resultan especialmente interesantes otros tres artículos, más dedicados a explicar la formación del ejército polaco y su incombustible patriotismo e inquebrantable voluntad, además de la variedad de los orígenes de sus mandos y efectivos, todos ellos procedentes de varios ejércitos de diferentes países; la complejidad e importancia del los cuerpos de caballería soviéticos; y los terribles e inevitables efectos de la guerra en la población civil, mayúsculos por la inmensidad de aquel territorio y la gran variedad de etnias, religiones y pueblos afectados, especialmente respecto a los judíos y su siempre compleja situación. Todos estos artículos completan un interesantísimo número, que ojalá sea precedente de nuevos y apasionantes conflictos, menos conocidos que otros y, no por ello, menos jugosos.