Segundo tomo de esta historia escrita por Bryan Wood y dibujada por Garry Brown, de la que escribí la correspondiente reseña del primer tomo en el momento de su publicación. Los que me leísteis ya sabéis que aquel tomo, sin ser una maravilla, me gustó bastante. Los años oscuros de los siglos IX y X d.C. marcados por el enfrentamiento de las creencias paganas y las misiones cristianas en los países escandinavos y norte de Europa, marcan el devenir violento de una época plagada de señores con ínfulas de poder, reinos en ciernes y un continuo proceso de pillaje y violencia, que ocupa buena parte de la trama de éste cómic. Este segundo tomo continua la misma línea argumental, en donde una venganza mueve a los protagonistas en su peregrinaje por el Camino Negro.
Todo va a las mil maravillas, hasta que a mitad del tomo, el argumento cae por su propio peso tras la resolución de la venganza buscada, dando la impresión de que Wood no ha terminado de cerrar con acierto una historia que se le ha escapado entre los dedos. Si bien en el fondo, se sigue vislumbrando el enfrentamiento de las religiones paganas y cristianas en la búsqueda del protagonista por encontrar el equilibrio entre el bien y el mal, con independencia del dios al que adorar, la trama termina ahogándose en sí misma, sin lograr cerrar con buen término la historia. El cierre de Woods queda en falso y por tanto resulta bastante decepcionante. Una lástima, ya que tanto la época como el inicio de la idea dramática, daba para mucho más.
Respecto al dibujo, sin duda, es lo mejor del cómic. Nos presenta un trabajo, como buen reflejo de una ambientación relativamente trabajada por parte de Brown, en donde las escenas de batalla y los duelos a espada, resultan de lo mejor de sus páginas. Yo personalmente, este tipo de dibujo, lo disfruto. Los colores apagados y la oscura ambientación, unido al sucio trazo de las pinceladas, traslada al papel la imagen de una época remota y peligrosa, donde la supervivencia de unos debe lidiar con el fanatismo de otros. Unos siglos sangrientos y violentos, perfectamente plasmados por el dibujante. Lástima de que el conjunto no sea redondo ni de lejos, por culpa de un guion que termina sonando simplón y plano, a pesar de lo que prometía tras la lectura del primer tomo. Con todo, el dibujo me compensa en cierta manera mi decepción.
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