En puertas de volver este verano a tierras italianas, recuerdo el viaje que hice a Veneto hace unos años, entre cuyas ciudades visité Vicenza, lugar donde el arquitecto Andrea Paladio, dejó su huella en un buen número de edificios. Entre ellos, llama la atención el Teatro Olímpico, su última gran creación, terminado en 1585 siguiendo los planos que el arquitecto dejó diseñados antes de morir, cinco años antes. Fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1994.
Impresionante!!!
ResponderEliminarUn saludoOo enorme!!
único en el mundo... Una pasada.
EliminarOtro saludo para ti, de nuevo.