El número de abril de Desperta Ferro en su linea dedicada a la Historia Moderna se adentra en unos hechos históricos enmarcados tras la Guerra de la Sucesión y la subida al trono de Felipe V, francamente poco conocidos. Tras la guerra y la firma de la paz de Utrech, España vive un momento de recuperación económica, naval y militar, tras el que afronta su intención de recuperar parte de los territorios perdidos tras la guerra, particularmente en tierras italianas y más puntualmente en Cerdeña y Sicilia. Nos encontramos entre los años 1717 y 1720.
Como ya es habitual el número comienza con un artículo introductorio de la situación española tras el Tratado de Utrech y su visión de Europa. La evolución militar y económica de España refuerza la posición y seguridad de Felipe V en sus nuevas pretensiones. Esto le llevará a enfrentarse directamente a la formación de la Cuádruple Alianza, algo así como el Congreso de Viena un siglo después formado ante las pretensiones de Napoleón. En este caso, el equilibrio de Europa frente a Felipe V y su intención de recuperar territorios italianos, hará que se enfrente a Francia e Inglaterra como árbitros del conflicto, además de los directamente agredidos, Carlos Habsburgo y Saboya, auténticos interesados territorialmente, asunto que se trata en toda su extensión en un segundo artículo. Antes de entrar en campaña y rompiendo un poco el orden de los artículos de la revista, prefiero adelantar dos de ellos, los cuales se adentran en dos de las causas que llevaron a los españoles a acometer semejante aventura. Por un lado la plena capacidad de España de recomponer su fuerza naval y militar para enfrentarse a una invasión como la que le llevó hasta Cerdeña y Sicilia. Y por otro lado y no por ello no menos importante, la introducción y apunte biográfico de la figura del primer ministro de Felipe V, Giulio Alberoni, quien además era mano derecha de Isabel de Farnesio y su más fiel servidor.
Tras esta introducción amplia y llena de información, tres artículos tres, se refieren a las operaciones navales y terrestres llevadas a cabo en Cerdeña y Sicilia. Particularmente afronta las batallas de Milazzo y Francavilla, victorias a favor de los españoles, pero que debido a la derrota naval frente a los ingleses, no pudieron sacar especial partido de ellas, para concluir la guerra en una paz necesaria para todos los contendientes. Para concluir y en un segundo plano, el último artículo acerca al lector al frente de Cataluña, que por ser frontera natural con Francia, fue objetivo y terreno propicio para los austracistas durante aquellos años. Con ello terminamos un número especialmente interesante por la temática acometida y por tratarse de un conflicto no especialmente conocido por el gran público. Bravo por la iniciativa, sin duda alguna. Por cierto, qué maravilla de portada.
