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jueves, 24 de enero de 2019

"Los tres evangelistas" - Fred Vargas

Fred Vargas es el alias utilizado por la escritora francesa Frederique Audoin-Rouzeau, galardonada con el Premio Princesa de Asturias 2018 de las Letras. Es una habitual creadora literaria de novela negra, reconocida mundialmente por su personaje, el inspector Adamsberg, de cuya saga ya tiene publicadas más de una decena de títulos, además de atesorar un buen número de premios literarios obtenidos en su Francia natal. Además de la saga que acabo de aludir, Vargas tiene publicados algunos ensayos, un par de novelas  y la trilogía que hoy reseño, titulada "Los tres evangelistas" a la que pertenecen tres novelas de doscientas páginas cada una, tituladas "Que se levanten los muertos", "Más allá a la derecha" y "Sin hogar ni lugar", escritas y publicadas entre los años 1995 y 1997.


El título de la trilogía se debe a tres de sus protagonistas, tres licenciados en distintas especialidades de historia, que junto al padrino y tío de uno de ellos, comparten y conviven en una vieja casona de un barrio francés. El veterano y expolicía Armand Vandoosler, adopta a su sobrino y amigos, bajo el nombre de San Marcos (Marc Vandoosler) San Mateo (Mathias Delamarre) y San Lucas (Lucien Devernois). Cada uno de ellos es un redomado especialista en una parcela de la Historia... Mathias en Prehistoria, Marc en Hª Medieval y Lucien en la Primera Guerra Mundial. Ellos cuatro protagonizarán la primera de las novelas, en una investigación que comienza, al aparecer plantado un pequeño árbol en el jardín de los vecinos de tan excéntrico grupo.

En las dos siguientes novelas, Marc mantendrá un importante protagonismo, frente a sus tres compañeros, quienes cederán más presencia a dos nuevos personajes, por un lado, el expolicía del Ministerio de Interior y jefe de una importante red de informantes y amistades en el cuerpo de policía, Ludwing Kehlweiler y por otro, una prostituta retirada y ya entrada en años llamada Marthe. Comentario aparte merece el pequeño sapo que acompaña a Ludwing en el bolsillo de sus chaqueta en cada uno de sus casos e investigaciones. Este veterano exfuncionario copará el protagonismo de las dos últimas partes de la trilogía, alternando la aparición de los Tres Evangelistas y el retirado policía Vandoosler, con la presencia más notable de Marc, como ya dije al principio de este párrafo.

Uno de los factores que más me han gustado de estas novelas de Fred Vargas es el tratamiento personalizado y fuertemente marcado de sus personajes. Cada uno de ellos presenta sus propias excentricidades y peculiaridades, aportando a las investigaciones que desarrollan en cada uno de sus casos, un claro componente cómico, casi estrambótico, con el que el es fácil empatizar. Sus rarezas y costumbres se introducen en la trama principal formando parte indeleble de las pesquisas que van realizando a lo largo de sus gratuitas y a veces, personales razones por las que se lanzan en la investigación de los casos. Si bien, en algunos momentos, la redacción y narrativa, puede resultar algo reiterativa o redundante, también es verdad que la personalidad de los protagonistas, además de la presencia de unos casos francamente extraños y en algún caso, extravagantes, como sucede en la segunda novela, crean unas historias que generan tanto, buen suspense, como cierto grado de hilaridad y diversión.

Respecto a cada una de las tres historias que completan la trilogía, la primera ejerce de presentación de los tres jóvenes historiadores y su padrino y el caso al que se enfrentan, está lleno de recovecos y rincones que le aportan un matiz novedoso y excéntrico muy interesante. La segunda y sorprendente "Más allá a la derecha", por otro lado,  comienza con un detonante realmente sorprendente y especialmente divertido.  La tercera y última, sin embargo no deja de ser un caso ordinario y falto de la curiosidad y gracia de la que gozan los dos primeros, cerrando la trilogía con la historia más floja de las tres. En definitiva una divertida y entretenida lectura, cuyos personajes protagonistas, lo mejor de la trilogía, manejan con cierto desparpajo la investigación de sus casos, todos ellos inevitablemente relacionados con hechos ocurridos años antes, algo que no deja de ser una marca personal de la escritora, y que completan una lectura llena de momentos rocambolescos, diálogos divertidísimos y sesudas pesquisas.