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lunes, 12 de noviembre de 2018

"La Isla de la Esperanza" - Lynne Olson

La segunda Guerra Mundial ha sido protagonistas de mil y un volúmenes, enciclopedias, novelas y ensayos. Los hechos que transformaron el mundo y particularmente Europa han llenado infinitud de páginas y todavía siguen publicándose estudios realizados alrededor de los años que conmovieron la humanidad. Si bien en todos ellos y en más de una ocasión, se ha tratado el tema con el que Lynne Olson enfoca el recientemente ensayo publicado por Desperta Ferro, también es verdad, que la visión detallada de la presencia de las democracias europeas exiliadas en Gran Bretaña, su labor a lo largo de la guerra y su función vertebradora de los diferentes focos de resistencia en aquellos países, no ha ocupado hasta ahora y de manera tan específica un volumen como éste.
 

La autora enfoca de manera cronológica y particularmente enfocada a polacos, checoslovacos, noruegos, holandeses, belgas o franceses, las situaciones que protagonizaron sus líderes y ciudadanos desde que sus países fueron ocupados por la Alemania de Hitler hasta su liberación, tomando como punto de partida, especialmente sus relaciones con Gran Bretaña y por necesidad, con sus aliados los EEUU y la Unión Soviética. De esta manera se recorre la 2ª Guerra Mundial de principio a fin, en un claro homenaje a los países que vieron su libertad ultrajada, a nombres propios reconocidos por sus actos de lucha y resistencia contra los nazis y, sobre todo, por los miles y miles de ciudadanos anónimos que lucharon y murieron por defender sus hogares frente al invasor. 

Se pueden realizar una serie de subdivisiones temáticas y cronológicas de los veintinueve capítulos y tres grandes partes en las que se divide el ensayo. En primer lugar, el acierto, los olvidos, los errores y los logros en la implicación británica, eje motor de la historias contadas por los testigos y protagonistas de sus páginas. Como bien señala su autora, desde la invasión de Polonia en 1939 hasta mediados del año 1943, la gestión de la guerra y el liderazgo de Churchill y su gobierno, como apoyo ineludible a los gobiernos en el exilio y los movimientos de la resistencia en los diferentes países ocupados, tuvieron más de buena fe y aprendizaje que de aciertos y victorias. Es más, los fallos de coordinación, la desconfianza entre los aliados, así como un ineficiente departamento de inteligencia británico, conformado por el MI6 y el SOE, provocaron severos daños y perjuicios para los miembros de la resistencia, sobre todo en Holanda y Francia. Si bien la participación de los pilotos polacos en la defensa de Londres a lo largo de 1940 y 1941 es una de esas historias a recordar, Inglaterra no estaba preparada ni mentalmente ni técnicamente para apoyar a sus acogidos refugiados. Sin embargo, el esfuerzo de muchos y la experiencia de los años, logran revertir la situación a partir de finales de 1943 hasta final de la guerra, años en los que los logros a base de un gran sacrificio por parte de la resistencia y la experiencia aprendida, lograron doblegar a Alemania. Aún así los errores, las bajas, cierta incompetencia, además de la propia personalidad británica no dejó de traslucir ciertos claros oscuros en las relaciones entre los ingleses y sus protegidos y aliados. 

En un segundo lugar, el ensayo diferencia claramente a unos países de otros en cuanto a su relación con Inglaterra y su posición a lo largo de la guerra. Por un lado, encontramos a Francia, Holanda, Bélgica y Noruega, países cercanos tanto físicamente como psicológicamente a las Islas Británicas. Estos recibieron mejor consideración en cuento a su relación en la resistencia y potencial recuperación de sus gobiernos en la lucha contra Hitler. Por otro lado, Checolovaquia y Polonia, representaban otros problemas a los que el gobierno británico intentó encauzar en el mismo nivel de apoyo, sin su propio convencimiento del mismo. Ambos países se encontraron solos y abandonados al principio de la guerra, como en su consecución final, a pesar del gran sacrificio y esfuerzo aportado por miles de checos y polacos en una guerra sin cuartel. 

En un tercer y último lugar, también con cierto aspecto cronológico observamos dos partes claras en cuanto a la aportación británica a la guerra y su dirección. A partir de 1941, con la entrada en la guerra de la Unión Soviética y EEUU, el centro sobre el que bascula la guerra cambia. Si hasta entonces los intereses de Inglaterra decidían y enfocaban el conflicto conforme a sus posibilidades y decisiones, con la inclusión necesaria de rusos y americanos, los intereses fluctúan y por ende las relaciones con los países refugiados también, pasando todos ellos a un segundo plano. Roosevelt y Stalin marcarán sus intereses, forzando nuevos plazos, apoyos y decisiones, en las que Churchill influirá de manera más limitada y a expensas de terceros, especialmente Polonia y Checoslovaquia, importantes valedores en la lucha contra Alemania, sin conocer la terrible indefensión de su destino. 

A lo largo y ancho de los veintinueve capítulos en los que Olson se embarca, localizando las divisiones producidas en una larga guerra en la que encontramos las etapas y fases a las que me he referido, la autora se explaya con  temas tan interesantes entre otros, como la presencia de la BBC en el día a día de la resistencia, el papel de los radiotelegrafistas y los códigos utilizados, las misiones de los pilotos polacos en la defensa de Londres, los diferentes liderazgos de los monarcas de los países ocupados, el laborioso trabajo de la resistencia francesa, belga y holandesa por luchar contra los nazis y crear una red ingente de agentes y colaboradores para rescatar y proteger a militares aliados, el desarrollo y evolución de la inteligencia británica, la importante y compleja personalidad y liderazgo de De Gaulle, la lucha suicida y extremadamente compleja de la resistencia checa o la ingente preparación de la invasión del día D. Estos solo son algunos de los temas que se enmarcan en un cuidado, detallado y completo trabajo de la escritora, en el que también se aportan datos que si bien desmontan algunos mitos creados alrededor de la lucha intestina de los grupos de resistencia y sobre todo de la labor ingente pero también a veces errónea de la que se llamo la Isla de la Esperanza, demuestran la compleja situación geopolítica creada por la guerra y el esfuerzo por retornar la libertad a una Europa herida de muerte ante la que la fraternidad y unión a veces forzada de los pueblos, cambió para siempre la idiosincrasia del continente y sus países.