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lunes, 8 de octubre de 2018

"Isabel La Católica. La primera gran reina de Europa" - Giles Tremlett

El pasado año la editorial Debate publicó la que hasta ahora es la última biografía de Isabel de Castilla publicada en nuestro país. Su autor, Giles Tremlett es un hispanista que ya escribió hace pocos años sobre la vida de la hija de nuestra protagonista de hoy, la que fue reina de Inglaterra, Catalina. Pues bien, se agradece una revisión histórica de una de nuestras mayores figuras de la historia nacional, la reina católica. El uso y a veces, la manipulación de la figura de la que denomina Tremlett, como la primera gran reina de Europa, ha desvirtuado en ocasiones la imagen de una especialmente inteligente reina y una mujer de gran carácter y carisma. La compara con grandes mujeres monarcas europeas de la historia como Isabel o Victoria de Inglaterra o la gran Catalina de Rusia. En más de seiscientas páginas, incluyendo una amplia y detallada bibliografía, al autor exprime al máximo la imagen, vida y paso por la historia de la castellana más universal.


En un orden cronológico definido y bien delimitado se desgranan los acontecimientos más importantes en su existencia. A lo largo de los capítulos se va definiendo la personalidad y el carácter de la que pasó de ser una princesa con pocas opciones a gobernar, a convertirse en una de las más importantes definidoras dinásticas del siglo XV, con mucho ojo diplomático y no poca suerte. Su desgracia definida con la muerte de sus descendientes más directos, llevó a conformar el futuro de España y Europa. Si a esto unimos el descubrimiento de América y la futurible unión de los reinos peninsulares, concretamos en que Isabel no solo fue una reina para Castilla sino una estadista con gran visión de futura a la que acompañó su mayor apuesta en la vida, su marido Fernando de Aragón. Ambos, con más intereses comunes que diferencias y sobre todo con un respeto y cariño mutuo, unido a una visión de estado fuera de lo normal, completaron la base sobre la que se desarrollaría el gobierno de Carlos I y Felipe II y el largo dominio de España en occidente.

Tremlett completa un riguroso trabajo bajo el atento estudio de  la vida de la reina. Una mujer que promovió su propio interés personal en dos factores claves en su vida. La lucha por llegar a ser la reina de Castilla, lo que le llevó a usurpar el trono a Juana l Beltraneja y como he dicho antes, la sólida y rotunda decisión de casarse con Fernando de Aragón, ante la pretensión de unirla a un francés, algo muy lejos de su deseo personal. Pero estas decisiones se fraguaron en un carácter que tuvo que crecer entre las luchas internas en Castilla, en donde los señores feudales promovieron rencillas en el mismo corazón de la corona castellana. Este fue uno de los factores que hicieron que Isabel promoviera la fortaleza y rotundidad de su ideal monárquica, basada en el poder del trono y del apoyo inviolable e indiscutible de la Iglesia.

Estos factores la llevaron, junto a Fernando, a liderar la cruzada de la reconquista, paralizada durante años por las guerras intestinas en la península y que les llevaron a conquistar el reino de Granada. Su alianza con la Iglesia y por ende con Roma, llevó a Fernando a promover a Aragón en Italia y a Isabel a perseguir y expulsar a los judíos, algo no especialmente novedoso en Europa, pero si clave en el desarrollo de su política llevada a cabo de la mano de la Inquisición. Pero además, el deseo de exportar su ideal religioso además de su ambición para con su reino, le llevó a promover a un marino llamado Colón, en su aventura allende los mares. La religión y su idea de defensora de la Iglesia, forman parte inherente a su persona, que junto a su visión diplomática y sobre todo su afán de casar con visión de futuro a sus hijas, la llevó a convertirse en el embrión de lo que durante los siglos XVI y XVII significaría el Imperio Español en el ámbito de la historia de Europa y del mundo. De ahí, el uso manipulador, tal como nos comenta en el último capítulo el autor, que se hizo de su figura en la época del franquismo, algo de lo que desgraciadamente no ha logrado desprenderse. Su figura debe recordarse como lo que fue, en un contexto histórico y religioso especial y concreto, más allá de manipulaciones estériles, sombras equívocas y ecos de la dictadura. Sin duda alguna fue una mujer fuerte, decidida y con un gran carácter, algo que como dice Tremlett la convirtió en la primera gran reina de Europa.

Excelente biografía, muy bien escrita, extensa en datos, pero a su vez, muy entretenida. La capacidad del autor de contar y de crear adicción y expectación por su protagonista, es realmente un acierto. Muy recomendable, por la cercanía de lo que cuenta y la narrativa ágil y especialmente fiel a la historia, careciendo de una mirada excesivamente subjetiva y mostrando un tiempo complejo en el que los protagonistas, que son muchos, marcaron el devenir de nuestro pasado.