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martes, 18 de abril de 2017

"Tutankamón"

Mini serie que revela las aventuras y desventuras del equipo arqueológico que descubrió en 1922 la tumba del joven faraón Tutankamón, hijo de Akenatón y renovador de las tradiciones existentes antes de la revolución religiosa de su padre. El arqueólogo Howard Carter logró el patrocinio del lord británico George Herbert de Carnarvon y a lo largo de tres años excavó en el Valle de los Reyes en búsqueda de la tumba de  algún faraón, del que confiaba que su último lugar descanso no hubiera sido expoliado a lo largo de los siglos. 
Esta producción no solo se centra en la búsqueda y excavación de la tumba, sino que también desarrolla las relaciones sentimentales de Carter, primero una arqueóloga del Metropolitan Museum de Nueva York, quienes estaban también haciendo excavaciones en el Valle, así como con la hija de su patrocinador Carnarvon. Además y quizás resulte lo más interesante, la serie cuenta las complicaciones creadas durante aquellos  años previos en los que se desarrollan la 1ª Guerra Mundial, el protectorado británico tras la guerra y la rebelión del pueblo egipcio en la búsqueda de  su independencia. Además muestra al espectador el extricto control del Departamento de Antiguedades Egipcio a la hora de evitar que ninguno de los tesoros de la tumba descubierta salieran del país. No falta el intrusismo de la prensa a la hora de crear bulos alrededor del descubrimiento, como la existencia de una maldición o el deseo de los británicos por llevarse el tesoro y al tumba fuera de Egipto. Pero sobre todo, lo que marca el funcionamiento de la expedición es la necesidad imperiosa de financiación, algo no tan difícil de conseguir en primera instancia, pero sí de mantener mientras no se logran resultados visibles que insten a mantener la excavación abierta.
Es cierto que la serie presenta todas estas tramas con cierto buen nivel de exactitud y entretenimiento, ambos factores claves mantener el interés del espectador. Lástima que su ritmo flojeé en algunos momentos y las actuaciones no sean lo necesariamente convincentes. El producto resulta interesante para el aficionado a Tutankamón y su descubrimiento, pero ni siquiera Sam Neill en el papel de Lord Carnarvon logra una interpretación reseñable. Los demás actores flojillos, incluido un blando Carter, encarnado por el actor Max Irons. Las actrices femeninas cumplen sin llamar la atención. En definitiva una producto correcto dirigido a un público al que interese la historia dramatizada del descubrimiento y excavación de la tumba de Tutankamón. Poco más.

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