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martes, 7 de abril de 2015

"Jartum" - Michael Asher

1883. Una columna del ejército turco/egipcio se adentra en Sudán para erradicar la rebelión de un personaje que se autonombra "El Mahdi" y se ha propuesto expulsar y aniquilar a todos los extranjeros del país. Las tropas están bajo el mando del coronel británico William Hicks y un grupo de oficiales europeos. Tras deambular por el desierto y por el territorio sudanés, Hicks es emboscado y su ejército aniquilado. 10.000 soldados y oficiales serán masacrados y derrotados. Este es el detonante con el que empieza el ensayo que hoy reseño. Días después, el gobierno de Gladstone, frente a las presiones de la prensa, decide enviar al general Gordon para organizar la retirada de los extranjeros de Jartum. Aquí comienza la historia y el mito del Gordon Pacha.


Resulta muy interesante estudiar conforme se lee el libro, la situación en que se encuentra el gobierno británico, frente a su posición en Egipto y Sudán. Si bien, Egipto está bajo el manto de la administración británica, y la oficialidad de sus ejércitos es prácticamente extranjera, su posición frente a Sudán, en principio es de no intervención. Sin embargo, la amenaza Mahdista frente a los extrajeros y la muerte de Hicks y sus oficiales, obliga a Gladstone ha realizar un gesto. El general Wolseley apremia al Primer Ministro a enviar a un personaje carismático. Gordon, ya había sido gobernador del Sudán y había erradicado la esclavitud del país, y era visto como un héroe entre la población nativa. Sus órdenes, extraer a los extranjeros de Jartum, bajo la premisa de que no recibiría apoyo militar de Egipto ni de Inglaterra. Sin embargo, el autor, remarca la intencionalidad de Wolseley en forzar dicha intervención, utilizando de cebo al propio Gordon, como así terminará sucediendo. 

El libro cubre dos etapas en la crisis surgida alrededor del Nilo a finales del siglo XIX. Por un lado la que cubre la presencia de Gordon en Jartum, hasta 1885. Por otro lado la definitiva intervención británica en el Sudán en 1898. La primera, comienza con la llegada de Gordon a Jartum acompañado del coronel Stewart. Nada más llegar a la zona, ambos descubrirán la total imposibilidad de controlar el país y evacuar a los 10.000 extranjeros de la zona. Por ello, y siguiendo las perspectivas de Woseley, lanzan una petición de ayuda a la metrópoli. Cercado por la opinión pública, Gladstone decide enviar una misión británica, corta en efectivos, pero que depende de su movilidad y velocidad, podría llegar a Gordon. Sin embargo, el desierto, la corta y limitada planificación de los mandos y la presión y resistencia de los mahdistas, impedirán que su misión triunfe. Asher nos explica como dicha expedición llamó a filas a gran número de oficiales sedientos de honor y gloria, algunos, poco preparados. Además, la preparación de la expedición fue larga y compleja. A pesar de contar con la baza de Kitchener y su conocimiento del Sudán, el hecho del entrenamiento de las tropas especiales, formadas alrededor del Camel Force, retrasó la misión. Batallas como Abu Klea demostraron que la disciplina británica en batalla estaba por encima de las grandes cargas derviches. Sin embargo, la expedición llegó dos días más tarde de la muerte de Gordon y la caída de Jartum. Inglaterra se retiró del Sudán con la cabeza gacha. Curiosamente El Mahdi moriría meses después.

14 años después, el gobierno británico decidió que era el momento de vengar la muerte de Gordon. Con los seguidores del Mahdi enfrentados y divididos, una planificación organizada por el entonces general Kitchener, el uso del ferrocarril en el avance de las tropas, la intervención de un contingente mixto de británicos y unas mucho mejor preparadas tropas egipcio/sudanesas, la expedición resultó totalmente exitosa, finiquitando la crisis que había sobrevolado al Imperio británico durante 15 años. Con la victoria en la batalla de Omdurman y la entrada en una vieja y casi abandonada Jartum, se cumplió el cometido tan deseado.

Un libro en el que se narra la última aventura imperial victoriana, en la que no faltan aventureros, magníficos paisajes en el Nilo, largas marchas a lo largo del desierto, batallas en las que los famosos cuadros británicos resisten ante la avalancha de miles de nativos fieles al Mahdi, actos heróicos entre la tropa, pilar sólido del ejército y actos marcados por la soberbia e inexperiencia de oficiales británicos hambrientos de gloria. Todo esto y mucho más, lo podrás encontrar en un libro entretenidísimo, ameno y muy indicado para los amantes de aquellas aventuras coloniales que marcaron gran parte del siglo XIX.


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