Dinamarca, el país de moda en lo que respecta a las series, se ha embarcado en plasmar en una miniserie de 8 capítulos, lo que aconteció en 1864, durante la guerra que mantuvieron los daneses por el Ducado de Schleswig, contra la Confederación Germánica, liderada por Prusia. Llamada la guerra de los Ducados, esta confrontación llevó a Dinamarca, un país pequeño, pero en aquel momento con una amplio ideal nacionalista, a enfrentarse con una creciente Prusia, dirigida por los generales Moltke y Bismarck, los cuales la tomaron como un simple laboratorio militar, en preparación de mayores conflictos que le enfrentarán años después con Francia y harán de Prusia y sus aliados, una gran potencia militar.
Creada al estilo de una gran superproducción, "1864" relata al más estilo épico histórico, lo sucedido alrededor de dos hermanos, hijos de unos jornaleros al servicio de un gran barón danés, cuando desde Copenhague, se decide invadir el ducado en cuestión. Estos jóvenes, junto a miles de muchachos irán a la guerra para defender el idealismo de una serie de políticos visionarios que pretendieron repetir victorias pasadas, a expensas del futuro del país.
Paralelamente, se sucede una historia de amor entre los dos jóvenes y una muchacha, también deseada por el heredero de la baronía, aportando toques románticos y mucho más humanos que la cruel guerra que se cierne sobre ellos. En muchos aspectos, me recuerda a historias tan duraderas como "Guerra y Paz", en las que con el trasfondo de una guerra, se relata la política y la manera de vivir de un país, desde las clases más humildes, hasta los líderes de Dinamarca.
Nos encontramos con un producto ambicioso, muy ambicioso, realizado con muy buen hacer, gran dispendio de medios, resultando una serie con una gran ambientación histórica, junto a una plantel de actores daneses, a los que algunos ya conocemos de la serie "Borgen". El tratamiento del momento histórico es muy serio. Emplaza el punto de vista del grupo de políticos nacionalistas que provocaron la guerra, manipulando a un rey débil y aun pueblo que se dejó llevar de la pasión nacional de aquellos años de mitades del siglo XIX.
La serie danesa, tiene un claro perfil anti belicista, que se ve potenciado por la paralela historia de los dos jóvenes hermanos, quienes protagonizan, junto a su amada y sus compañeros de armas, el sentir humano y cercano de la población danesa. Tanto las historia militar de la guerra, como la dedicada a los protagonistas, navegan paralelamente, con un discurso, tanto nacional u local, como universal, frente al horror de la guerra y a las pasiones más humanas.
Si algo puede achacarse a esta producción, es un ritmo algo lento y en algunos momentos muy dramático, debido, precisamente al perfil anti belicista de la serie, pero esto no quita valor a un producto muy serio, que goza de gran calidad y que es sin duda una de las producciones históricas más consistentes y notables de los últimos años. El horror, la sangría y la injusticia de cualquier contienda, se ve reflejada con suma dureza en los ojos de los actores, logrando transmitir la sensación de que en la guerra siempre mueren los mismos, bajo la dirección, a veces cobarde, de unos pocos.
Si algo puede achacarse a esta producción, es un ritmo algo lento y en algunos momentos muy dramático, debido, precisamente al perfil anti belicista de la serie, pero esto no quita valor a un producto muy serio, que goza de gran calidad y que es sin duda una de las producciones históricas más consistentes y notables de los últimos años. El horror, la sangría y la injusticia de cualquier contienda, se ve reflejada con suma dureza en los ojos de los actores, logrando transmitir la sensación de que en la guerra siempre mueren los mismos, bajo la dirección, a veces cobarde, de unos pocos.
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