Tarantino nos sorprendió en 2012 con un spaguetti western, en el que buscando un tratamiento muy especial de la esclavitud poco situándonos antes de la guerra civil americana, vuelve a presentarnos una película que busca el equilibrio entre los diálogos largos y brillantes, con las escenas de acción más sangrientas y extremas que te puedas imaginar.
La historia nos traslada dos años antes de la guerra civil norteamericana. Un cazador de recompensas, localiza y libera a un esclavo, a cambio de que le acompañe e identifique a tres hermanos fugitivos de la ley. Conforme pasan los días, la amistad va uniendo a ambos, y después de que el esclavo cuente a su benefactor, que tiene una esposa a la que le gustaría liberar, el caza recompensas, que por cierto es alemán, se compromete a ayudarle a buscarla y rescatarla.
Empecemos por celabrar la elección del casting. En el papel del esclavo, tenemos a Jamie Fox, correcto y que destila la venganza y el deseo de recuperar a su mujer. Como cazarecompensas, Tarantino repite con un inconmesurable Christoph Waltz, espléndido en su papel, ganador de todos los premios del año como actor secundario, que realiza una interpretación veráz, compleja, cautivadora, demostrando que su papel en Malditos Bastardos, no fue una casualidad. Pero no acaba aquí la cosa. En un pulso cerrado y muy disputado por el nivel de su actuación, tenemos a otros dos grandes actores, que demuestran su nivel y categoría en dos papeles que quedarán en la memoria de los aficionados. Me refiero a DiCaprio, como el terrateniente de la finca donde vive la amada de Fox y Samuel L. Jackson, como la persona de confianza del anterior, en un papel complejo, donde el propio personaje que interpreta es casi más racista que su propio dueño. Realizan dos caracterizaciones de gran profundidad y calidad, llenas de detalles, guiños y frases gloriosas. Como siempre, Tarantino acierta de pleno en la elección de los actores, potenciando aún más el desarrollo de la película. Como viene siendo su costumbre, concede algún pequeño papel a actores ya casi desaparecidos, pero que cumplen largamente su labor, como son Franco Nero o Don Johnson.
Por supuesto, y como ya es normal, la gran apuesta y el peso específico de la película esta en unos diálogos brillantes, protagonizados sobre todo en los papeles de Waltz, DiCaprio y Jackson. Con una severa crítica a la esclavitud, pero dejando ver la filosofía y la creencía de los potentados sureños en esta mano de obra gratuíta, podemos observar la idiosincrasia del espíritu sureño, respecto al trato y uso de los esclavos. Ya sea en su uso en las plantaciones, como luchadores, o simplemente en el papel de amantes o simples acompañantes. Digna de mención la escena esperpéntica de los miembros del Klu Klus Ka, donde la capacidad de crítica de Tarantino se potencia en una escena divertidísima, ridiculizando a los miembros de este clan racista.
La bso, es otra de esas aportaciones del director. Recopilando temas de antiguas películas de spaguetti wester, las canciones salpican con gran gusto el metraje del flim, homenajeándo a este género hoy algo denostado. Además, Tarantino tiene la capacidad de desarrollar un factor, que hasta ahora no había elaborado cinematográficamente en exceso, como es, la fotografía. Obligado era, que en una película que homenajea al western, nos ofreciera estupendos paisajes al estilo de las grandes películas de genero. Pero no sólo trata bien la fotografía de paisajes, sino que se esmera más que en anteriores apuestas por una fotografía y montaje de calidad, también en interiores, como podemos apreciar, con extensos trávelings y encuadres de mucho nivel.
La bso, es otra de esas aportaciones del director. Recopilando temas de antiguas películas de spaguetti wester, las canciones salpican con gran gusto el metraje del flim, homenajeándo a este género hoy algo denostado. Además, Tarantino tiene la capacidad de desarrollar un factor, que hasta ahora no había elaborado cinematográficamente en exceso, como es, la fotografía. Obligado era, que en una película que homenajea al western, nos ofreciera estupendos paisajes al estilo de las grandes películas de genero. Pero no sólo trata bien la fotografía de paisajes, sino que se esmera más que en anteriores apuestas por una fotografía y montaje de calidad, también en interiores, como podemos apreciar, con extensos trávelings y encuadres de mucho nivel.
Gran trabajo, recompensado ampliamente en su actor fetiche Waltz y sobre todo en un guión brutal, brillante y extraordinario, uno de los mejores de su carrera. Solo un pero: La película baja un poco su nivel en su última media hora, coincidiendo con la desaparición en su metraje de Waltz y DiCaprio. Casualidad o no, de aquí al final del film, el guión da cierta sensación de cansancio y corre hacia su final, de manera algo precipitada. De todas maneras, una gran película que sigue posicionando a Tarantino entre los mejores.