No tengo excesiva afición por la
novela negra o de misterio. Prefiero elegir el medio cinematográfico y las series
de la pequeña pantalla para disfrutar de las historias policíacas. Sin embargo hace poco me
hice con un libro del escritor escocés Peter May, uno de los escritores
europeos más reconocidos en el mundo literario de la novela de suspense.
El argumento de esta novela
titulada “La isla de los cazadores de pájaros” arranca con un asesinato
cometido en una isla al norte de Escocia. Un detective nacido allí, pero que
ahora trabaja en Edimburgo es seleccionado para que acuda a investigarlo, debido
a que el modus operandi es muy parecido a otro asesinato cometido en dicha
ciudad. El protagonista tendrá que volar hasta la isla y comenzará a
reencontrarse con viejos conocidos y con sus recuerdos de infancia vividos hace
ya muchos años.
En principio, el ritmo y el
esquema del libro nos llevan por el camino de la investigación del asesinato.
Van apareciendo personajes, propios de este tipo de novelas. El policía del
pueblo que colabora con el investigador de Edimburgo, el inspector jefe al
mando que resulta de lo más engreído y prepotente… Sin embargo, conforme avanza
la lectura nos vamos cuenta que no estamos ante una novela de misterio al uso.
Conforme se atan y desatan cabos a lo largo de la trama del asesinato, vamos
descubriendo, gracias a los conocidos del protagonista, el pasado de nuestro detective, su infancia, amores, desgracias y
deseos.
El escritor escocés Peter May
estudió varios años el modo de vida de los habitantes de la inhóspita isla de
Lewis, su rutina diaria, las calles, las playas y acantilados, el quehacer de
los pescadores, las escuelas, la influencia de las diferentes Iglesias que
conviven en la isla, la lacra del paro… Con esta base ha conseguido dibujar un
perfecto cuadro del día a día, de lo cotidiano de la población, en donde hace
transcurrir la trama del libro.
Mientras se narra la
investigación llevada a cabo por el detective, el autor va desgranando su
infancia, durante la cual suceden una serie de hechos que marcarán, no solo su
vida, si no también la de las personas de su entorno, ya sean amigos,
familiares y conocidos. Una serie de hechos que transcurren durante una de las
tradiciones más famosas de la Isla Lewis marcarán definitivamente el devenir de
sus vidas. Está tradición centenaria consiste en la captura de un cupo de dos
mil crías de albatros por un grupo de doce hombres de la isla, que se trasladan
para este cometido a un pequeño islote llamado Sula Seguir, donde durante dos
semanas, casi completamente incomunicados, realizarán esta labor que sus
ancestros realizaban hace varios siglos. La descripción de estos hechos es uno
de los puntos culminantes y más atractivos de esta historia.
Resaltar por otro lado, el buen
uso de la palabra para describirnos y hacernos partícipes de la climatología y
la situación geográfica de la zona donde transcurre la historia. Sin duda
alguna, el paisaje, los acantilados, los páramos y como no, la lluvia y sobre
todo el viento, capitalizan y protagonizan una parte importante de los hechos
sucedidos. El ambiente tormentoso, la humedad, la hostilidad del
clima y la mera dependencia de la vida
cotidiana de los habitantes a las condiciones climáticas, se presenta como un personaje
más de la novela.
En definitiva una historia de
suspense, pero que va más allá, describiéndonos la manera de vivir en esas
latitudes de los personajes que
protagonizan el libro. En general, la novela me ha dejado un buen sabor de
boca. Quizás, el final de la historia es algo predecible y resulta un poco
atropellado, pero en conjunto la trama funciona bastante bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.