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domingo, 23 de junio de 2013

"El hombre de acero"


Yo no era de los que estaban esperando ansiosamente un nuevo intento de llevar a la pantalla al personaje de Superman. No es precisamente uno de mis súper héroes preferidos. Para más inri, el intento de  Bryan Singer en el año 2006 aún me convenció más de la inconsistencia del personaje. Tanto las versiones de los años setenta como la anteriormente comentada no conseguían elevarlo, cimetográficamente hablando, al limbo de los super héroes de la DC o de Marvel, tal como se está consiguiendo en estos últimos años con productos como Spiderman, Batman, los X-Men y todo el grupo de los Vengadores. 

Para el regreso al cine se ha buscado la alianza de dos de los grandes creadores de cine más innovador actual. Estamos hablando de Christopher Nolan y Zack Snyder. Ambos se han propuesto el renacimiento total de Superman, y creo que en parte lo han conseguido, creando un producto superior a los anteriores. Le han inyectado un sentido diferente, más adulto y por qué no, más humano.  No olvidemos que estamos ante un ser que no ha nacido en la tierra, que posee unos poderes sobre naturales no terrestres, que pertenece a una raza superior y más avanzada tecnológicamente. Estos son los problemas que ha planteado el personaje a los directores que hasta ahora han intentado trasladarlo a la pantalla. Precisamente lo difícil es humanizar al personaje haciéndolo creíble, dentro de lo que se pueda, claro.
¿Y cómo se ha conseguido hacer esto? Sus creadores han querido recalcar el paralelismo entre Krypton, el planeta origen de Supermán y la Tierra. Obviamente son civilizaciones diferentes, pero tienen un par de detalles que las pueden relacionar. Primera que los kryptonianos han destruido su planeta por culpa de la súper explotación de su mineral más deseado. Obviamente aquí observamos un claro mensaje pseudo ecologista muy conocido en nuestra Tierra. Por otro lado, la irrupción de un poder militar que intentará derrocar, pretendiendo abanderar la defensa de la raza de Krypton, en contra de un gobierno de estructura más consensuada, es otra idea que los terrícolas conocemos de primera mano. Con estas dos premisas comienza la película, en una escenografía que me recuerda demasiado a los mundos de “Star War” sobre todo los episodios  I, II y III y con ciertos aires a “Avatar”… Pero como inicio de la película, resulta necesario para esclarecernos los orígenes del protagonista.
Después de este prólogo, la película busca humanizar al personaje, presentándonos a lo largo de varios flashbacks la infancia y la juventud de Superman. Esta es sin duda la parte más acertada de la película. La presencia de Kevin Costner y Diane Lane como los padres terrícolas eleva la película a buenos niveles de interpretación. Ambos actores interpretan de manera más que solvente a unos padres que ante la personalidad y los poderes de su hijo adoptivo, solo intentan educarle como un ser humano más, incluso por encima de su bienestar, intentando que actúe como un buen hijo y una buena persona. Otro pilar de la película, que consigue humanizar al personaje haciendo de él un persona que buscará el bien de los que rodean y en definitiva de la humanidad.
Pero como no podía ser menos los enemigos de Superman le buscan a lo largo de las galaxias y terminan encontrándole en el planeta Tierra. Es aquí donde el personaje toma tintes de mesías. Frente a la disyuntiva de recuperar y ayudar a su raza original a renacer de entre la destrucción o defender a planeta que le adoptó, a pesar de sus debilidades, nuestro protagonista tendrá que tomar decisión que le marcará su devenir en la vida. Definitivamente el director de la película, busca a lo largo del film, acercarnos a un personaje, que sin ser de nuestro planeta,  necesita humanizarlo para hacer que la audiencia empatice con él. Y de alguna manera lo termina logrando.
El problema es que la película resulta en su tramo final muy excesiva en fuegos artificiales, destrucción y escenas hiperrápidas. Lo que hasta casi el final, podría haber resultado bastante adecuado a la película por su equilibrio entre las escenas más cercanas y el enfrentamiento con los agresores de otros mundos, se convierte en su última media hora en una montaña rusa de puñetazos y vuelos imposibles, haciendo que la película se alargue innecesariamente. Una auténtica pena, que un producto que podría ser redondo se estropee por el interés del director de elevarnos y elevarnos en la acción final a niveles tan exagerados, haciendo, en mi caso, que mirara el reloj pensando que esto era demasiado. Otra vez salía del cine pensando que con 20 minutos menos de metraje el resultado hubiera sido más que honroso.
Respecto al elenco, además de los personajes de los padres terrícolas de los que ya he hablado, comentar que el protagonista, encarna al personaje de manera efectiva, transmitiendo la humanidad buscada sin presentarnos a un personaje de perfil infantil y tonto como se había hecho en las anteriores versiones. Además físicamente el protagonista es más que convincente.  Los demás actores están bien en sus papeles, desde Amy Adams, que encarna a la curiosa periodista que enamorará al súper héroe, pasando por Laurence Fishburne, como el director de periódico, hasta el malo malísimo general kryptoniano con aires de grandeza, interpretado por Michael Shannon. Russel Crowe, como padre kryptoniano de nuestro protagonista cumple su función, pero no llegará a representar el icono cinematográfico que supuso el papel de Marlon Brandon en los 70. Por último indicar que Hans Zimmer ha compuesto una banda sonora potente, que recuerda al estilo de su composición en sus películas de Batmán pero sin llegar a su nivel, en donde busca enfatizar en la figura del protagonista y su afán de superación frente a la destrucción de la tierra y su terrible elección entre su raza y los humanos. Añadir además que los efectos especiales están bastante bien, aunque quizás, al abusar al final de la película de las escenas destructivas terminan por apabullar en exceso, tanto la imagen como el sonido, pero como decía, esto no quita el valor de los efectos, que terminan siendo parte fundamental de la película.